Fernando Mires - CONTRASTES


Osvaldo Monsalve: Croquis


CONSTANCIA

Hoy hasta los palos de rosa inclinaron su cabeza al frío

ya no hay palos, ya no hay rosas,

los dedales volverán, ya se fueron, hoy no están,

y en las paredes aparecieron flores raras: transparentes

y unos bichos blancos e inocentes caminan

en cada hoja de mi cuaderno de oscura poesía

Puede que haya explotado una bomba atómica

en el desierto del sahara

o un tsunami esté ahogando a indonesia 

o a chile (tan flaquito e indefenso que se ve el pobre)

y sin embargo te quiero


(hoy me cedieron el asiento en el bus,

no lo esperaba, empiezo a comprender

que cada dignidad tiene su tiempo,

y cada tiempo su propia dignidad)

y , sin embargo, te quiero


y ayer soñe contigo y pensé en tanta cosa,

en leonardo fabio,

o quizás simplemente te regale una rosa,

y en el faro que vovió desde el pasado

y amaneció encendido para la batalla final,

también he pensado en la tormenta que viene,

mirando las nubes negras que vienen,

y sin embargo, te quiero. Y sin embargo, te quiero


A LOS VILLANOS

A los que siempre juraron en vano,

a los que adoraron ídolos de barro,

a los que confundieron la luna con la noche,

a los que nunca a un humano amaron,

a los que inclinaron sus testas a tiranos,

a los que traicionaron amigos y hermanos,

a los que crucificaron y rieron y bailaron,

a los que siempre mintieron, se los juro villanos,

allá en el otro mundo los estaré esperando

con dos dagas temblando, una en cada mano


EL HILO

Ese hilo delgado, finísimo que ata

a cada uno de nosotros con la eternidad

suele cortarse al menor paso en falso

y así caemos en la sequedad de la tierra

salada, sin cielo, sin una sola niebla

solos, frente a los designios de la pura nada.


A veces no sabemos si el hilo se ha roto

de verdad, o quizás solo se ha vuelto invisible,

y por eso terminamos por buscarlo

en cementerios, en bacinicas, en hospitales,

en obscenas iglesias, y hasta en amores

de pronto tan helados, como pétalos de invierno.


Puede ser también que ese hilo no exista.

Puede ser que debemos tejerlo con miedos,

con insomnios, con penas, con heridas.

Puede ser que ese hilo sea solo un pretexto

para dar sentido a esa vida leve que te cuelga

entre lo que creemos que somos

y lo que nunca sabremos que somos.