Pedro Campos - ALGO DE HISTORIA Y CASTRISMO


Esto va dirigido a los que todavía creen y hasta divulgan que el castrismo es invencible.
Quienes acabaron con el comunismo vulgar en la gran potencia “socialista” que fue la URSS, fueron Gorbachov, secretario general del PCUS y Yeltsin, secretario del PCUS en Moscú y el primero en pensar en la Perestroika fue Andropov, quien también fuera 1er Secretario del PCUS y antes, Jefe de la KGB. Quien introdujo las reformas económicas en China, a la muerte de Mao, fue la segunda figura del PCCH, Deng Xiaoping y quien hizo lo mismo en Viet Nam fue la misma dirección del PCV. En todo el llamado ex campo socialista, figuras dirigentes de los partidos comunistas, estuvieron implicados en su estrepitosa caída.
No me gusta hacer vaticinios demasiado específicos sobre el futuro de Cuba, ni de ningún país, pero quien no aprende de la historia está condenando a repetir los mismos, o peores errores. Una cosa son los deseos y otras las realidades, la historia humana no es una amalgama de hechos inconexos, es una Ciencia que tiene sus leyes, las cuales no todos comprenden, muy vinculadas a las formas de desarrollo económico y social, donde hay sorpresas e imprevistos, pero en un marco de trasados generales inevitables. Pretender cambiar su curso, retrasarlo o acelerarlo, solo sirve para crear falsas expectativas y dar pasos fallidos.
Todos los regímenes “socialistas” han caído o han ido cambiando por una conjunción de factores: desgaste económico y político, aumento del descontento popular por insatisfacción de las expectativas creadas, descomposición de las cúpulas gobernantes por contradicciones internas y presiones externas de distinta intensidad.
Todo eso está hoy presente en la realidad cubana. Ya el castrismo está muy desgastado económica y políticamente. El modelo de centralización estatal de la propiedad, las decisiones y la distribución no satisface ni a la misma elite castrista que ha optado por invertir los dineros robados al pueblo para desarrollar empresas capitalistas en el mundo occidental a fin de poder mantener su lujoso nivel de vida. Así de simple: han aceptado el capitalismo como solución a su propio desastre, pero temen las consecuencias de desarrollarlo ampliamente en Cuba. Ya no existe un liderazgo creíble y respetable. El descontento popular es generalizado y palpable, la intelectualidad “revolucionaria” ha desaparecido e Internacionalmente, el régimen sufre su mayor época de aislamiento.
Prácticamente desde el mismo 1959, la fábrica de enemigos que ha sido siempre el castrismo, ha generado fuerte oposición en el seno del pueblo y dentro de sus propias filas. Recuerden: Miles de alzados armados en los primeros años, muchos provenientes del mismo Ejército Rebelde y las filas antibatistianas. 1400 hombres armados desembarcaron en Girón y no pudieron establecer la cabeza de playa que casi toman, por la traición de Kennedy. Cientos de miles de presos políticos, millones de exiliados y emigrados. A causa de los salarios miserable que paga el castrismo, los trabajadores se han ido apropiando de todo lo que podían en fabricas y centros laborales, para poder mantener sus familias, haciendo así improductivo el modelo estatal asalariado semi esclavista de producción. El castrismo los acusa de robo, pero no, es "justa compensación", ley que existía ya en la Roma Antigua cuando el dueño explotador no pagaba el trabajo y entonces se reconocía esa apropiación.
Recuerden que a Camilo lo mataron porque no estuvo de acuerdo con el tratamiento dado al Comandante Huber Matos, al Che lo mandaron a morirse en Bolivia porque no apoyaba la línea pro soviética de Castro; a Aníbal Escalante, un viejo líder comunista disidente apartado dos veces, enjuiciado en 1962 (“Sectarismo”) y 1968 (“Micro-fracción”) por grandes diferencias políticas con el dictador, lo asesinaron cuando le introdujeron en el cuerpo una infección en una operación sencilla en el hospital militar. En 1989-91, a los Generales Ochoa y Abrantes no los asesinaron por narcotráfico y corrupción como quisieron hacer creer, fue por un intento de golpe de estado reformista y después, no por gusto, la CIM (Contra Inteligencia Militar) realizó la llamada “Operación Alejandro” depurando -al más puro estilo policial de Stalin- a miles de cuadros “perestroikos” del PCC, de las FAR, el MININT y el MINREX; pero el desastre natural del modelo estatalista seguiría generando inevitables descontentos en todas partes, incluso dentro del propio oficialismo, hasta que desaparezca.
Así vemos que después, a Fidelito lo tiraron por un balcón de un hospital, dicen que estaba loco, la verdad: tenía discrepancias con su padre y con el tío. No me lo contó nadie: en la única conversación que tuve con él, casualmente, cuando lo encontré compartiendo con un amigo común quien nos presentó, confesó dos cervezas mediante, que estaba insatisfecho con muchas de las decisiones que tomaban su padre y su tío. No se sabe a ciencia cierta porqué murió inesperadamente el jefe de GAESA, General López Callejas, ni las causas de las muertes recientes de varios generales. El Maleconazo fue imprevisto como también lo fue la gran protesta publica de unas 80 mil cubanos el 11 de julio del 2021, dos hechos que estremecieron los cimientos del régimen.
Dada la insalvable crisis económica que enfrenta desde que desapareció la subvención soviética y comenzó el llamado Periodo Especial, y sobre todo después del Maleconazo, a regañadientes, el castrismo ha tenido que aflojar sus grilletes a la economía y se ha visto obligado a abrir espacios a los privados y al dólar estadounidense. Últimamente, mientras más incompetencia estatal, más ha tenido que ceder ante los privados, aun con muchas trabas, hasta el punto de llegar a reconocer recientemente que venden más que el estado, lo que -sin decirlo- significa aceptar la derrota económica del estatalismo frente la economía privada.
Y todavía hay quienes dicen que el pueblo cubano no hace resistencia, que es un gran rebaño de carneros y espera a que alguien de afuera le saque las castañas del fuego. ¿Saben qué? Esos que hablan así, enterados o no, le hacen el juego al interés castrista de inmovilizar la oposición con eso de que “esto no hay quien lo tumbe, pero no hay quien lo arregle”. No, error. Lo estamos tumbando poco a poco y después lo vamos a arreglar entre todos los cubanos de bien. Hay una historia grande de luchas violentas y pacíficas y de represión y terror castrista que, junto a la ineficiencia del modelo estatalista, están ya decretando el fin de esta tenebrosa etapa en la historia de Cuba.