
Queridos amigos lectores de este blog,
Les comento hoy sobre el problema de la hambruna en Gaza.
En los difíciles tiempos que hemos estado viviendo desde la masacre del 7 de octubre de 2023, no he publicado muchos comentarios sobre la situación. Eso se ha debido sobre todo a falta de tiempo a raíz de asumir mi cargo de Presidente de la Universidad Abierta de Israel, pero también al hecho de que en un cargo público de este tipo, que me conecta diariamente con ciudadanos de todas las secciones de la sociedad israelí, con visiones políticas de todos los colores y orientaciones—miles de trabajadores y decenas de miles de estudiantes a quienes dedicamos nuestros esfuerzos—es preferible concentrarse en los desafíos que tienen que ver principalmente con aspectos de la vida académica y dejar de lado temporalmente debates o expresiones políticas sobre los temas más profundos que afectan la vida del país. Nuestros esfuerzos se concentran en estos tiempos en el manejo de las instituciones de educación superior que le permiten a la sociedad israelí seguir manteniendo, dentro de las posibilidades y de las dificultades, el desarrollo de la ciencia y el espíritu de discusión abierta y crítica, que una sociedad democrática necesita preservar y que nos deja un camino abierto para la reconstrucción del futuro.
Sin embargo, hay situaciones en las cuales los presidentes de las universidades sí decidimos expresar públicamente nuestras opiniones y tomar parte conjuntamente en los debates sobre los temas que afectan nuestras vidas. Eso es lo que ha pasado en este caso–la hambruna en Gaza–sobre el cual quiero comentarles hoy.
Se trata sin duda de un tema muy doloroso y controversial. Hamás no solamente atacó de manera barbárica a los asentamientos israelíes el 7.10, sino que ha sido el responsable más directo de la tragedia que se vive en la Franja de Gaza desde entonces. El problema humanitario que viven los pobladores se acentúa continuamente, dada la manera cínica en que Hamás sigue controlando la ayuda que ha entrado en la franja por varias direcciones, y aprovechándola para mantener su control sobre la población y además obtener ganancias económicas.
Pero a pesar de eso, nosotros como israelíes debemos asumir también nuestra responsabilidad y preguntarnos cuál ha sido nuestro rol, activo o pasivo, dentro de este aspecto tan grave de la tragedia general que se ha vivido en la región. A lo largo de muchos meses, los medios de comunicación israelíes hicieron todo lo posible para que los ciudadanos pudiéramos seguir ignorando las dimensiones de la tragedia, que se mostraba ya ampliamente en los medios de cualquier otro lugar del mundo. Tampoco los israelíes tenían demasiado interés en fijar su atención en imágenes tan molestas, y mucho menos en pensar si podría hacerse algo al respecto. Eso ha cambiado gradualmente en las últimas semanas, aunque siempre manteniendo implícitamente la intención de alejarnos de asumir cualquier responsabilidad. Obviamente, Hamás ha sabido aprovechar y manipular cínicamente y con mucha efectividad las imágenes muy duras que se ven en el mundo entero y continuar con su campaña muy exitosa (desde su punto de vista) del desprestigio de Israel. La tragedia es una tragedia innegable y como judíos e israelíes no podemos seguir ignorándola como si no existiera.
Comparto con ustedes una carta que redactamos conjuntamente algunos presidentes de las universidades más centrales de Israel y enviamos a nuestro primer ministro, exigiendo que Israel afronte la parte de la responsabilidad que nos corresponde y actúe consecuentemente.
2025.07.28 Presidents' Letter on Famine in Gaza (2).pdf
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La carta generó un debate considerable por estos lados y ya muchas otras organizaciones se han incorporado. Curiosamente, Netanyahu mismo decidió cambiar en los últimos días su actitud, al menos en lo que corresponde a la ayuda humanitaria, dejando a la vez al descubierto el comportamiento errático en este tema a lo largo de los meses de la guerra. “No debemos permitir–declaró ayer en hebreo, cosa rara de por sí–que haya hambre en Gaza. Tanto de por el hecho en sí, como desde el punto de vista de nuestra posición en el mundo. Nadie va a seguir apoyándonos y no podremos completar la victoria” (אסור להגיע למצב של רעב בעזה, גם מבחינה עניינית וגם מבחינה מדינית, פשוט לא יתמכו בנו, לא נוכל להשלים את תמונת הניצחון.) Igualmente, el mismo presidente Trump se pronunció claramente al respecto, y dijo no estar convencido para nada de las declaraciones de Netanyahu y otros miembros de la coalición de que no hay hambruna en Gaza. Hay en Gaza, dijo Trump, “real starvation”, y además añadió en su estilo retórico inigualable: “You can’t fake that.” Israel debería hacer más de lo que hace, es la opinión de Trump. No sé, a lo mejor leyó también él nuestra carta ...
Netanyahu y el gobierno israelí han reconocido gradualmente, aunque sea a regañadientes, que existe un problema humanitario grave. Pero aún así, le es muy importante señalar que no existe ni ha existido una política intencional de crear hambruna en Gaza. La realidad es mucho más compleja. Desde el principio de la guerra, muchos líderes políticos israelíes y analistas en los estudios de TV declararon abiertamente que impedir ayuda de cualquier tipo a Gaza era una forma efectiva de aumentar el sufrimiento y la angustia de los pobladores para así poder provocar un levantamiento civil o algo similar en Gaza en contra de Hamás. Por supuesto que eso no podía funcionar ni siquiera en teoría, por el régimen de terror de Hamás contra el que nadie puede actuar. Pero además, lo que se podía ver como legítimo en algún sentido en las semanas que siguieron a la masacre del 7.10, no puede seguir siéndolo de la misma manera después de 20 meses de una guerra atroz que ha arrasado totalmente, pero que sigue lejos de alcanzar los objetivos sobre los cuales Netanyahu sigue declarando que estamos ya a un pelito de lograr ("אנחנו כפסע מהניצחון המוחלט").
A lo largo de los meses hemos visto todo tipo de medidas erráticas. El envío de comida en paracaídas desde aviones jordanos, totalmente ineficiente y condenado al fracaso de antemano. Hubo políticos que propusieron y siguen proponiendo que Israel tome control militar de la vida civil de los gazatíes. Luego vino el malecón improvisado de los Marines, que se lo llevó la corriente. La activación del "Fondo Humanitario para Gaza", en el que murieron cientos de gazatíes que llegaron buscando comida y donde sólo el más fuerte sobrevive.

También las acciones de los últimos días, otra vez en paracaídas, no pueden administrarse correctamente y por eso no pueden ayudar. ,También se sugirió la creación de un “sector humanitario” para 700 mil personas que sean “derecalizadas” (o sea: un campo de concentración gigante para reeducar a la población). Afortunadamente para nuestra integridad moral como judíos, esa idea descabellada parece haberse esfumado (aunque uno nunca puede saber).
Los cambios erráticos han caracterizado todas las decisiones de Netanyahu, y no sólo en este tema de la hambruna, dado que su interés primordial es el de cómo permanecer en el gobierno a toda costa, sin tener un plan claro de cómo lograr la liberación de los rehenes, y cómo poner fin a una guerra cuya objetivo ya nadie lo tiene en claro en este momento. Su coalición se apoya en un grupo de lunáticos mesiánicos, dirigidos por Ben Gvir y Somtrich, para quienes el exterminio indiscriminado y la explusión masiva se justifica con el fin de repoblar y crear asentamientos judíos en la franja de Gaza. Por lo tanto, nadie es capaz de pensar en alguna solución que involucre sectores civiles de la población palestina en cooperación con los países árabes. Sobre todo, a los ojos del gobierno israelí, la entrada de la Autoridad Palestina en Gaza, junto con las fuerzas árabes, supone un obstáculo directo al sueño (pesadilla) de asentamientos judíos en la Franja.
Nuestros soldados siguen cayendo diariamente sin saber con qué finalidad. El desgaste y la traumatización, incluyendo suicidios de los que oímos cada vez más, están en aumento continuo tanto entre los soldados más jóvenes como entre los reservistas con más experiencia y con familias que los esperan en su casa. Habitantes civiles de Gaza, incluyendo niños y hasta bebés, más allá de los problemas sanitarios y de la hambruna, mueren a diario en encuentros absurdos con el ejército, sobre todo al andar a la búsqueda de comida. La escasez es generalizada, y los precios de la poca comida que se ve en los mercados, o en lo que queda de ellos, son exorbitantes. Hamás, aunque muy debilitado, sigue activo y es en este momento la única fuerza organizada en el lado palestino y los únicos que dominan lo que sucede en la franja.
En la carta que dirigimos a nuestro Primer Ministro no quisimos sugerir soluciones concretas, pero sí quisimos enfocar la atención pública sobre el problema de la hambruna, no porque sea el único problema que enfrentamos estos días, pero sí por ser tan grave y hasta ahora ignorado sistemáticamente. Tal vez sea posible aliviarlo con decisiones correctas. Además expresamos nuestro temor sobre las declaraciones irresponsables de muchos políticos, que puedan llegar a ser consideradas como crímenes de guerra. Pueden también escuchar acá una entrevista en inglés en la radio israelí, donde explico un poco más en detalle nuestra intención al enviar esta carta. Además hay aquí más abajo algunos links a artículos de los últimos días que describen los cambios que se han dado en las acciones y opiniones del gobierno, como también en la opinión del presidente Trump al respecto.

También las acciones de los últimos días, otra vez en paracaídas, no pueden administrarse correctamente y por eso no pueden ayudar. ,También se sugirió la creación de un “sector humanitario” para 700 mil personas que sean “derecalizadas” (o sea: un campo de concentración gigante para reeducar a la población). Afortunadamente para nuestra integridad moral como judíos, esa idea descabellada parece haberse esfumado (aunque uno nunca puede saber).
Los cambios erráticos han caracterizado todas las decisiones de Netanyahu, y no sólo en este tema de la hambruna, dado que su interés primordial es el de cómo permanecer en el gobierno a toda costa, sin tener un plan claro de cómo lograr la liberación de los rehenes, y cómo poner fin a una guerra cuya objetivo ya nadie lo tiene en claro en este momento. Su coalición se apoya en un grupo de lunáticos mesiánicos, dirigidos por Ben Gvir y Somtrich, para quienes el exterminio indiscriminado y la explusión masiva se justifica con el fin de repoblar y crear asentamientos judíos en la franja de Gaza. Por lo tanto, nadie es capaz de pensar en alguna solución que involucre sectores civiles de la población palestina en cooperación con los países árabes. Sobre todo, a los ojos del gobierno israelí, la entrada de la Autoridad Palestina en Gaza, junto con las fuerzas árabes, supone un obstáculo directo al sueño (pesadilla) de asentamientos judíos en la Franja.
Nuestros soldados siguen cayendo diariamente sin saber con qué finalidad. El desgaste y la traumatización, incluyendo suicidios de los que oímos cada vez más, están en aumento continuo tanto entre los soldados más jóvenes como entre los reservistas con más experiencia y con familias que los esperan en su casa. Habitantes civiles de Gaza, incluyendo niños y hasta bebés, más allá de los problemas sanitarios y de la hambruna, mueren a diario en encuentros absurdos con el ejército, sobre todo al andar a la búsqueda de comida. La escasez es generalizada, y los precios de la poca comida que se ve en los mercados, o en lo que queda de ellos, son exorbitantes. Hamás, aunque muy debilitado, sigue activo y es en este momento la única fuerza organizada en el lado palestino y los únicos que dominan lo que sucede en la franja.
En la carta que dirigimos a nuestro Primer Ministro no quisimos sugerir soluciones concretas, pero sí quisimos enfocar la atención pública sobre el problema de la hambruna, no porque sea el único problema que enfrentamos estos días, pero sí por ser tan grave y hasta ahora ignorado sistemáticamente. Tal vez sea posible aliviarlo con decisiones correctas. Además expresamos nuestro temor sobre las declaraciones irresponsables de muchos políticos, que puedan llegar a ser consideradas como crímenes de guerra. Pueden también escuchar acá una entrevista en inglés en la radio israelí, donde explico un poco más en detalle nuestra intención al enviar esta carta. Además hay aquí más abajo algunos links a artículos de los últimos días que describen los cambios que se han dado en las acciones y opiniones del gobierno, como también en la opinión del presidente Trump al respecto.
Continuamos con nuestros esfuerzos destinados a apoyar a las familias de los rehenes, y a presionar al gobierno con el fin de que tome todas las medidas necesarias para llegar a un acuerdo que devuelva a todos, y en una sola vuelta, lo antes posible. Con el pasar de los días no sólo el sufrimiento indescriptible se prolonga, sino que va disminuyendo rápidamente la posibilidad de que vuelvan en vida (y con cierto grado de cordura) los veinte que todavía se cree que sobreviven. A una escala más modesta, seguimos también con nuestros esfuerzos para mantener la actividad académica a todos los niveles, y sobre todo para apoyar a nuestros estudiantes que sirven en el frente como reservistas, y a sus familias. Tenemos más de 5,000 que han estado movilizados en diferentes períodos. Muchos de ellos han estado en el frente más de 300 días incluyendo algunos con más de 500. Una situación difícil realmente, que requiere mucho apoyo. Y ni hablar de los que han estado desplazados de sus hogares en ele norte o en el sur desde octubre del 2023, o más recientemente a consecuencia del ataque iraní. Les damos todo el apoyo necesario para que puedan seguir con sus estudios, también estando en residencias temporales, y al ritmo que les convenga.
La sociedad israelí se enfrenta ante un desafío tremendo de reconstruir su futuro y su integridad moral una vez que la intensidad del conflicto militar se reduzca (esperando que eso pase en algún momento no muy lejano). Pero sin resolver el problema humanitario de Gaza, la tragedia de los rehenes, y la reconstrucción de las comunidades que se han destruido en el sur y en el norte del país, los chances son mínimos. Uno se pregunta si el gobierno actual tiene la capacidad, o tan siquiera la intención, de hacer el mínimo de los esfuerzos necesarios para perseguir esos fines.
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IDF announces 10-hour Gaza ‘humanitarian pauses’ amid mounting famine concerns
La sociedad israelí se enfrenta ante un desafío tremendo de reconstruir su futuro y su integridad moral una vez que la intensidad del conflicto militar se reduzca (esperando que eso pase en algún momento no muy lejano). Pero sin resolver el problema humanitario de Gaza, la tragedia de los rehenes, y la reconstrucción de las comunidades que se han destruido en el sur y en el norte del país, los chances son mínimos. Uno se pregunta si el gobierno actual tiene la capacidad, o tan siquiera la intención, de hacer el mínimo de los esfuerzos necesarios para perseguir esos fines.
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IDF announces 10-hour Gaza ‘humanitarian pauses’ amid mounting famine concerns
Once again, Israel tried to restrict Gaza aid. Once again, its policy failed miserably
‘You can’t fake that’: Trump sees ‘real starvation’ in Gaza, says Israel must do more
Netanyahu: ‘Situation in Gaza difficult,’ Israel working to ensure ‘large amounts of aid’ enter Strip
Y desafortunadamente tenemos que reconocer que mientras el interés mediático se centra en Gaza, el ejército israelí ha perdido el control en los territorios de la banda occidental, y los elementos extremistas de los colonizadores judíos siguen sembrando violencia sin que nadie los detenga.
‘You can’t fake that’: Trump sees ‘real starvation’ in Gaza, says Israel must do more
Netanyahu: ‘Situation in Gaza difficult,’ Israel working to ensure ‘large amounts of aid’ enter Strip
Y desafortunadamente tenemos que reconocer que mientras el interés mediático se centra en Gaza, el ejército israelí ha perdido el control en los territorios de la banda occidental, y los elementos extremistas de los colonizadores judíos siguen sembrando violencia sin que nadie los detenga.