LA REALIDAD ES MÁGICA
Lo que vemos es mucho menos de lo que es,
estamos rodeados de milagros, pienso
en semillas diminutas que se convertirán
en árboles inmensos, en pensamientos fortuitos
que un día pueden ser revoluciones,
o batallas,
o guerras,
o bocas sonrosadas llamadas a ser
besos y hasta polvos divinos, y entonces
ves esa nube cualquiera y nadie sabe
si un día será la madre del diluvio universal.
La realidad es mágica, un físico lo sabe:
la partícula es luz y la materia nunca será sólida.
Lo que nos dieron como vida fue un fragmento ilusorio
nacido de la nada
y regresado a la nada
y sin embargo gustas de la sopa de tomates,
fría con pan frío en el verano hermoso pero frío
y miras la falda que se encoge hacia atrás y piensas:
La realidad es mágica, un sonido puede convertirse
en palabra y las palabra será Dios.
Eso lo sabe cualquiera, pero nadie acepta:
La realidad es mágica, mágica como la realidad.
SOBRE EL ORIGEN DEL UNIVERSO
Hubo un momento de la nada
cuando la nada no quiso ser más nada,
cuando la nada se cansó de ser nada
e hirviendo de amor al extremo infinito
dejó de ser nada para explotar
sobre su propia nada y convertirse en un todo.
Y así nació también el amor entre los mortales.
La nada es el alma del todo
y a la vez la madre del todo.
Todo lo que soy se lo debo a la nada.
Por eso la nada asoma a veces
para cobrar el precio de su entrada
a este espectáculo donde llegamos
y desde donde nos iremos solos, todos
CUANDO NO HAY NADA
Hay muchas personas en la estación
Todos respiramos el mismo aire
me siento como un buzo sin escafandra
necesito del aire como un pez el agua
es cuestión de la edad, pienso:
los viejos estamos más cerca de la nada
y a veces la nada entra en mi cuerpo
sin tocar el timbre, sin golpear la puerta.
Sin decir nada
La nada está en el todo, como el agua está en el mar,
respiro a tropezones, abro la puerta
necesito aire, encuentro una escalera,
abajo un sótano y una ventana
afuera de la ventana no hay nada:
respiro profundo, el aire limpio de la nada
y luego regresaré a la estación del metro
pero alguien ha sacado la escalera,
ya no hay nada
ni tampoco hay nadie en el subterráneo de mi casa
Qué bellos esos tiempos cuando soñaba
con mujeres con alas y con cielos y con mares.
Y contigo. Hoy simplemente sueño con la nada.