Fernando Mires - SOBRE LA REALIDAD Y LA NADA (tres)

 


Osvaldo Monsalve, Ditirambo del primer verano del siglo

LA REALIDAD ES MÁGICA


Lo que vemos es mucho menos de lo que es,

estamos rodeados de milagros, pienso

en semillas diminutas que se convertirán

en árboles inmensos, en pensamientos fortuitos

que un día pueden ser revoluciones,

o batallas,

o guerras,

o bocas sonrosadas llamadas a ser

besos y hasta polvos divinos, y entonces

ves esa nube cualquiera y nadie sabe

si un día será la madre del diluvio universal.


La realidad es mágica, un físico lo sabe:

la partícula es luz y la materia nunca será sólida.

Lo que nos dieron como vida fue un fragmento ilusorio

nacido de la nada

y regresado a la nada


y sin embargo gustas de la sopa de tomates,

fría con pan frío en el verano hermoso pero frío

y miras la falda que se encoge hacia atrás y piensas:

La realidad es mágica, un sonido puede convertirse

en palabra y las palabra será Dios.

Eso lo sabe cualquiera, pero nadie acepta:

La realidad es mágica, mágica como la realidad.


SOBRE EL ORIGEN DEL UNIVERSO

Hubo un momento de la nada

cuando la nada no quiso ser más nada,

cuando la nada se cansó de ser nada

e hirviendo de amor al extremo infinito

dejó de ser nada para explotar

sobre su propia nada y convertirse en un todo.

Y así nació también el amor entre los mortales.

La nada es el alma del todo

y a la vez la madre del todo.


Todo lo que soy se lo debo a la nada.

Por eso la nada asoma a veces

para cobrar el precio de su entrada

a este espectáculo donde llegamos

y desde donde nos iremos solos, todos


CUANDO NO HAY NADA

Hay muchas personas en la estación

Todos respiramos el mismo aire

me siento como un buzo sin escafandra

necesito del aire como un pez el agua

es cuestión de la edad, pienso:

los viejos estamos más cerca de la nada

y a veces la nada entra en mi cuerpo

sin tocar el timbre, sin golpear la puerta.

Sin decir nada


La nada está en el todo, como el agua está en el mar,

respiro a tropezones, abro la puerta

necesito aire, encuentro una escalera,

abajo un sótano y una ventana

afuera de la ventana no hay nada:

respiro profundo, el aire limpio de la nada

y luego regresaré a la estación del metro

pero alguien ha sacado la escalera,

ya no hay nada

ni tampoco hay nadie en el subterráneo de mi casa


Qué bellos esos tiempos cuando soñaba

con mujeres con alas y con cielos y con mares.

Y contigo. Hoy simplemente sueño con la nada.