Anton Julian - LO ESENCIAL

 





Caminó a través de los desiertos, descalzo
entró en cada maldita caverna, atravesó
los ríos sin agua, buscando lo esencial,
de la materia lo esencial; de la vida, lo esencial.

Por momentos, como si tuviera un aire de hoja
en la mano, creía asir con su tristeza a lo esencial,
pero lo esencial se iba con el soplo del viento,
tanto así que llegó a dudar si lo esencial existía.

Aunque sí logró determinar que las cosas precedían a su esencia,
y se atrevió a formular la tesis de que lo esencial
es el movimiento perpetuo de las ideas de los sin vías
cuando afirman que lo esencial está en el puro ser, cuando es.

Lo esencial podría ser entonces 
la punta de un iceberg
asomando desde lo más profundo 
de la realidad de la nada.

Lo esencial es que la esencia no tiene esencia,
fue su conclusión final, y se atrevió a agregar,
que lo esencial no está en la vida ni en la muerte,
sino en ambas a la vez, arrolladas dentro de un papel.

De un papel de cuaderno, tirado en el suelo, amarillo, arrugado
donde ya no se pueden leer ni las letras del título
de un artículo, el que abatido y con dolor escribió
creyendo cambiar con eso el orden amoroso del mundo.