En dos semanas más voy a saber
la verdad y tengo miedo,
miedo de lo que no quiero oír,
aunque puede ser que me digan
lo que yo quiero oír, Entonces,
si me dicen lo que yo quiero oír, seré feliz,
feliz como un zancudo cuando llega el verano, '´
durante dos días o tres, o quizás más,
hasta que encuentre otra razón para tener miedo
a lo que yo no quiero oír. El problema es, luego,
no lo que yo no quiero oír, sino el miedo,
ese puto miedo, ese miedo y nada más.
¿Y por qué no te sacas ese miedo de encima?,
me dirás, lo he intentado, te diré.
Pero no puedo porque ese miedo,
porque ese miedo,
porque ese miedo
soy yo