Ives Michaud - POR UNA VEZ, MACRON TIENE RAZÓN


(8 de marzo de 2024) 

Se multiplican las críticas contra las "alarmantes" declaraciones de Macron sobre la situación en Ucrania y la amenaza rusa en Europa.

Creo que, por una vez, Macron tiene razón. Es probable que los soldados franceses encargados de la inteligencia, así como de la logística operativa, consiguieran finalmente hacerle comprender el peligro de la situación.

Los próximos diez o doce meses estarán llenos de peligros:

1) Rusia, después de su decepción inicial, pasó en dos años a un estado de movilización industrial y militar, según un modelo que conoce bien: el de la nación estalinista después del ataque alemán de Barbarroja en junio de 1941. Rusia tiene la infraestructura industrial, las tropas, la estabilidad interna, las alianzas internacionales para lanzar ahora una ofensiva en todos los frentes, incluso fuera de Ucrania.

2) El suministro de ayuda militar a Ucrania, ya sea europea o estadounidense, es insuficiente en cantidad, rapidez, calidad y compatibilidad. Recomiendo la lectura diaria de los análisis del ISW (Instituto para el Estudio de la Guerra) para medir hasta qué punto las fuerzas ucranianas están en todas partes a la defensiva y pueden incluso ser aplastadas bajo los golpes de un ejército ruso que, como entre 1941 y 1945, no se preocupa mucho por sus pérdidas y ahora tiene armas de calidad (drones, bombas inteligentes y misiles) y un mando bien establecido (Gerassimov es un bruto, pero no un idiota. Incluso, es un excelente estratega; su doctrina está disponible en libros).

3) En comparación con la amenaza rusa, Europa, incluida Francia, carece de fuerzas militares capaces de oponer una resistencia sustancial. Las políticas militares deflacionistas y pacifistas han vaciado arsenales y eliminado fuerzas en todas partes, dejando sólo fuerzas especiales que son excelentes para operaciones neocoloniales o de la ONU, pero nada más. Las líneas de producción se están quedando atrás y los programas de armas, extendidos a lo largo de años y por todas partes, están destinados a Saint Glinglin.

4) En la propia Europa, un país de la UE y la OTAN es aliado absoluto de Rusia: Hungría.

5) La OTAN es un espantapájaros creíble con la única condición de que intervengan los Estados Unidos, algo cada vez más improbable, aunque sólo sea porque los EE.UU. están comprometidos en varios frentes. La hipoteca de las opciones de Trump no ayuda en nada y la política de Turquía es traicionera.

6) Nosotros, franceses y europeos, no apreciamos hasta qué punto determinados países europeos pueden ser barridos por una ofensiva rusa dos o tres días antes de que nuestros comentaristas de televisión puedan empezar a hablar. Estonia, Letonia, Lituania y Moldavia son países pequeños con fuerzas de defensa inexistentes. Sólo Finlandia y Polonia, una vez más, podrían ofrecer cierta resistencia. Cuando el general De Gaulle optó por la opción nuclear fue porque sabía muy bien que los vehículos blindados rusos podrían llegar a Lyon en menos de una semana. Macron parece haberse dado cuenta de ello.

7) Las elecciones presidenciales americanas paralizarán cualquier opción política fuerte por parte de Estados Unidos hasta finales de año. Biden no tiene vía libre y, decida lo que decida, Trump lo acusará de traición.

8) Estados Unidos ya está comprometido en el frente de Medio Oriente, donde el actor principal no es Hamás sino Irán. La perspectiva de una expansión de la guerra palestino-israelí en el Líbano hacia Siria y el Golfo Pérsico no es una hipótesis de manual: el Canal de Suez ya ve su tráfico estrangulado por las operaciones de las fuerzas hutíes yemeníes (de paso, observo que Francia sigue siendo muy prudente en esta región por la única razón de que su base en Yibuti puede ser tomada en unas pocas horas).

9) Dejo de lado las amenazas chinas y norcoreanas, pero remarco que estos dos países apoyan al régimen ruso.

10) Como ya he señalado, la doctrina rusa del uso de armas nucleares que condiciona su uso a una amenaza contra la existencia misma del país no resulta tranquilizadora cuando la situamos en el contexto de una "Rusia sin fronteras", reivindicando todos los territorios que ocupó un día u otro y donde hay poblaciones de habla rusa (dixit Medvedev)

Dudo que Macron esté haciendo estas amenazas sólo por la campaña para las elecciones europeas. Le corresponde más bien intentar concienciar a las naciones europeas y, en particular, a Alemania y a las naciones comerciales o miembros del Club'med de que la situación es grave y que lo será aún más si Trump, como es más que probable, resulta elegido. (Solo vemos al asesino político, especialidad estadounidense, que puede evitar esta elección).

Mientras tanto, Putin, que es todo menos estúpido, que ha llevado a cabo imperturbablemente un programa imperial neoestalinista desde su juventud, movilizando todos los medios necesarios (empezando por el espionaje y los medios de una guerra híbrida que abiertamente nos inflige en todas partes, en África incluido) tiene una ventana de actuación muy abierta hasta principios de 2025 y casi vía libre. Es posible que terminemos con un mundo completamente cambiado a principios de 2025, uno que se verá inquietantemente similar al de la década de 1950, Disney incluido. Obviamente será fascinante discutir sobre wokismo, decolonialismo, género y transgénero, ecología y decrecimiento cuando una nueva Comintern organice los debates. Algunos de nuestros políticos, de izquierda y de derecha, ya lo tienen en mente.

Última observación: todo lo que acabo de decir es accesible y legible en los discursos rusos. Sólo hay que leerlos. El propio Medvedev acaba de decir que la situación en Europa es más grave que la de la crisis de los misiles en Cuba en 1962... Incluso nuestra bomba puede hacer pensar a la gente.

Traducción del francés: Karen Entrialgo