(2011)
Yo estaba predicando en los jardines de piedra
del manicomio estatal
“Donde me trajeron o me llevaron los que viven
fuera de la caverna oscura de Platón”
Hasta que – era hora de visitas - apareciste
Tú, con tu vestido transparente del verano
El mismo de tu juventud, el que llevabas
En el más acá
Traías una botella de vino tinto acunada en tus brazos
Como si fuera el bebé de Rosemarie
Y me la diste, triste
Con un gesto hecho de relámpago y azúcar
Haciendo una leve inclinación suiza con tus tobillos
A punto de ser quebrados por el brillo del aire
era un vino argentino, agrio, de rojo mendoza,
cavernet, chirac, no sé, y yo continué mi prédica,
rodeado de locos incrédulos, ateos y mendigos
hasta que me di cuenta: estaba rezando el madre nuestra
Con la botella en las manos
Agarrado a su cisne cuello negro
Como quien sostiene un hilo de fuego
Tan cerca del abismo, pero en el más acá
Tu me miraste, reíste. Estabas linda como el sol
Yo analizo siempre los sueños de los demás
Los míos, nunca: Nunca, jamás