bananas enanas o plátanos gigantes de Ghana
kiwis neozelandeses, están muy rebajados
clementinas, no mandarinas, escucha bien, clementinas
españolas las clementinas, y olé
cebollas, las más lloriquentas de todas
ajo con gusto a ajo, no del otro con gusto a nada
patatas para guisar, no para moler
tomates, ni por nada esos con gusto a cerezas
paltas (aguacates) de Israel o Sudáfrica, me da igual
una baguette, de esas que los franceses
meten en sus axilas cuando suben y bajan del Metro
panetón italiano para el café de la tarde
mira si todavía sigue de oferta el café melita
queso con olor a patas, el con más agujeros posibles
un par de salchichas para hacer cualquier cosa
yogur, pero búlgaro, puede ser turco también,
por último griego, el marca Acrópolis no está mal
alemán no, tiene gusto a iboprofen sin agua
ají zambala, y además aleolí para rociar las papas
un pollo soltero para completar la receta hindú
orégano y pimienta
azafrán y canela
tomillo y comino
sal con yodo de mar, no de la otra, sin yodo y sin mar
un salmón oceánico, del Pacífico sí, del Atlántico jamás
musli sin pasas, dicen que las pasas engordan
penne rigatti, sí, pene, por favor no te rías más
y un San Francisco de Mostazal, tinto y reservado
para cuando caiga la noche
y te dé de nuevo por olvidarte del mundo.
(Abril, 2016)