Carolina Landesman - No solo con los palestinos, Netanyahu también está desmembrando a los líderes israelíes

Haaretz, 10 nov 2023

Carolina Landesman

Traducción de Oded Balaban balaban@research.haifa.ac.il


Benjamin Netanyahu e Itamar Ben Gvir en la Knesset. Netanyahu sacó a todos los extremistas fuera de los márgenes - foto: Olivier Pitussi

La conclusión es que Benjamin Netanyahu hizo a los israelíes lo que hizo a los palestinos, y por la misma razón: Para frustrar el establecimiento de un Estado palestino.   La política de diferenciación de Netanyahu pretende convertir a los palestinos de un pueblo, con un liderazgo, luchando una única lucha, en dos cuerpos con un liderazgo diferente, sin contigüidad territorial, hostiles entre sí, con aspiraciones que no se superponen, luchando con diferentes medios.   

¿Cómo frustrará la división el establecimiento de un Estado palestino? Eliminando al socio para las negociaciones políticas.  Ya no hay un socio para el compromiso político.   Independientemente de si Mahmoud Abbas quiera poner fin al conflicto, ¿de qué sirve que firme un acuerdo si hay más de dos millones de palestinos en Gaza dirigidos por Hamas que se oponen a un compromiso con Israel?  

Este es un objetivo despreciable que socava la imagen de Israel como un país con una mano extendida por la paz, que "para su decepción" revela que no hay un socio en el otro lado.   El despreciable objetivo también santifica una estrategia criminal: Recompensar a quienes perseveraron en el terror y debilitar a quienes lo abandonaron y abogaron por la diplomacia.   Esta es una medida que no comienza ni termina en las relaciones con los dirigentes, ya que la legitimidad de los dirigentes proviene del pueblo.   Fortalecer a los extremistas y debilitar a los moderados significa que Netanyahu ha cultivado los procesos de radicalización de los palestinos, ciertamente en Gaza, pero no solo.   

En Israel, Netanyahu hizo lo mismo. Antes del 7 de octubre, lo llamábamos divide y vencerás.   Pero es mucho más deformado, y ahora se ven los resultados bajo la consigna de "Juntos venceremos". Netanyahu no otorgó legitimidad al kahanismo "solo" para permanecer en el poder. Se la otorgó para que no haya un socio israelí para un acuerdo político con los palestinos. Esdecir, Netanyahu instituyó la misma política de diferenciación en la política y la sociedad israelíes. Fortaleció los partidos de extrema derecha, y cultivó figuras y posiciones que estaban fuera del campo de la legitimidad como Itamar Ben Gvir, ministro de seguridad nacional y Bezalel Smotrich ministro de economía y de colonizaciones en Cisjordania.   

Y pensar que el jefe de policía, Kobbie Shavtai, estaba acusando a Ben Gvir, entonces miembro de la oposición, de provocar disturbios árabes en Jerusalén que provocaron el apoyo del Hamas con lanzamiento de cohetes hacia Jerusalén, lo que provocó una incursión en Gaza en mayo de 2021, y un año después fue nombrado ministro de seguridad nacional.   El líder de los colonos Smotrich tomó el control de los territorios. Netanyahu extrajo a todos los extremistas de los márgenes, y les dio micrófonos y un lugar central en el escenario. Al mismo tiempo, encabezó un proceso de difamación y deslegitimación de todos los que se identificaban con el Israel previo a la era de Netanyahu: Toda la izquierda, los partidarios del compromiso político, incluso los oficiales de alto rango de las Fuerzas de Defensa Israelí. Justo antes de que estallara la tensión interna, Hamas explotó sobre nosotros.  

Oficialmente Netanyahu es el primer ministro, pero el gobierno no puede ponerse de acuerdo sobre los objetivos de la guerra porque tiene dos alas que representan a dos entidades que se llaman Israel, pero no hay acuerdo entre ellos, ni siquiera acerca de las fronteras del estado, su carácter, y mucho menos el futuro de los territorios ocupados desde 1967. El liderazgo israelí habla a dos voces: Una se llama Smotrich, la otra Gantz.   Netanyahu maniobra entre ellos, agranda al uno y achica al otro, todo de acuerdo a sus necesidades, siempre y cuando se preserve la división e Israel se encuentre en una situación que no sea un socio para ningún movimiento político significativo.   

La conclusión es que, tanto entre los israelíes como entre los palestinos, los dirigentes están divididos, el cuerpo está dividido, los extremistas celebran, los moderados son humillados, y no hay socios ni futuro. Vencer a Hamás es solo la primera etapa.  Debemos expulsar a Netanyahu y a la extrema derecha.