Mariano Nava Contreras - VIDA Y HAZAÑAS DE ALEJANDRO DE MACEDONIA


Cuentan que Alejandro sentía una gran envidia de Aquiles, pues éste había tenido un poeta digno de cantar sus hazañas, nada menos que Homero. Ganas de quejarse, porque en toda la literatura griega no hay guerrero ni conquistador cuyas glorias y hazañas hayan sido más cantadas que Alejandro Magno. Es más, Aquiles tuvo que esperar más de cuatrocientos años, si es verdad que la Guerra de Troya se libró hacia el año 1200 a.C. y Homero vivió entre los siglos VIII y VII a.C. En cambio Alejandro tuvo quien contara su vida y hazañas aún vivo. Calístenes de Olinto, discípulo y sobrino de Aristóteles, fue su biógrafo personal y murió incluso antes que él, caído en desgracia por sus críticas a la orientalización de las costumbres del rey macedonio. Sin embargo, los abundantes materiales que recopiló fueron reunidos en diez volúmenes y fueron base para lo que después se llamó El romance de Alejandro, conjunto de leyendas muy populares durante la Edad Media. Onesícrito de Astipalea, que fue discípulo de Diógenes el Cínico y acompañó a Alejandro en sus expediciones, escribió también un texto titulado Cómo fue educado Alejandro, sin duda inspirado en la Ciropedia de Jenofonte. Cares de Mitilene, que perteneció a su corte, también escribió una Historia de Alejandro en diez libros. Nearco, que fue su consejero y después miembro de la caballería élite de su ejército y almirante de la flota real, pilotó la expedición entre la desembocadura del Éufrates y el océano Índico, y exploró el Golfo Pérsico dejando el relato de su periplo. Apenas veinte años después de su muerte, Clitarco de Alejandría, que permaneció largo tiempo en la corte de Ptolomeo I, escribió una Historia de Alejandro Magno, como asimismo Anaxímenes de Lampsaco, discípulo de Diógenes el Cínico como Onesícrito, que también fue maestro del rey macedonio y lo acompañó en la campaña de Persia. Igualmente diremos de Aristóbulo de Casandrea, que lo siguió como arquitecto e ingeniero militar, e hizo un informe geográfico y etnográfico de sus conquistas. No eran Homero, es verdad, pero todos fueron sus contemporáneos y escribieron, de manera más o menos verídica, sobre él.

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