Mariano Nava Contreras - CONVERSANDO CON LOS MUERTOS

 


Cuando Zenón de Citio, fundador del estoicismo, llegó por primera vez a Atenas, ya había transcurrido un largo siglo desde que comenzara la decadencia de la ciudad. André Bridoux (Le stoïcisme et son influence, Paris, 1966) llama la atención sobre el sentimiento de consternación que debió abatir entonces a los atenienses, ante la pérdida de la libertad que significó la derrota de Queronea en el 338 a.C. Alfonso Reyes (La filosofía helenística, México, 1959) fija el comienzo de esta decadencia en el año 322, fecha de la muerte de Demóstenes, el gran orador, pero también de Aristóteles, y un año antes, de su discípulo Alejandro. Pero en realidad la caída de Atenas venía gestándose desde mucho antes, quizás ya desde la derrota de la Guerra del Peloponeso.
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