No he preferido vivir de pura falsedad
no he dicho sí, cuando había que negar,
no he ocultado crímenes llamándolos razones,
ni elogiado a héroes de plástico; ni de piedra ni de cal.
Creo haberme metido justo en la línea que separa
al demonio de la noche, no he sido siempre fiel,
hay que decirlo, a veces he capitulado ante algunos ojos,
pero a la hora de decir sí, he dicho no.
Si la tierra es redonda, no lo niego,
solo he afirmado su eterna triangularidad,
el ser, el no-ser y el siendo, ha sido mi santa trinidad.
Cuando llegue el momento de dar cuentas,
ponte tu mejor vestido, el de las flores del mal
y si te obligan a decir la purita verdad, dí que he dejado
un murmullo sin recuerdos, una mano sin lavar,
un hueso partido en tres, un par de poemas enlatados,
y bajo la lámpara, un beso recalentado en la “micronda”.
Y si mi casio te apunta la hora
de viajar al otro lado del valle
- lo que es muy improbable -
piensa en los que aman
y al amar, se mueren de amor.