Anton Julian - LAS PACES Y LAS HORAS

 


Hay horas de hacer las paces,

hay horas de hacer las guerras,

ahora quisiera hacer una paz contigo,

me gustaría tanto que me moldearas

el alma y que me enmundaras el rostro,

que me sacaras una sonrisa de la piedra

que me mostraras el índice del corazón

y la nube negra que blanqueó a la nada.

Al fin, hay horas de hacer las paces


y quiero que me regales un perdón,

un perdón tibio y compasivo, un perdón-gorrión,

porque no fui yo, fueron las calles y sus perros

los que me trajeron hasta tu puerta

y la caminata fue larga como un río de barro.

Pero traigo conmigo vidas de otras vidas,

y en cada mano una fruta sin espinas.


Es la hora, amiga mía, de sentarnos bajo el sol

es la hora de hacer las paces bajo el sol.