Anton Julian - SOBRE LA TRANSFIGURACIÓN DEL YO

 


Y se va

Pues el tiempo pasa y se va,

y con el tiempo me voy yo, y mi yo.

Y como mi yo se va conmigo, yo también me voy.


Yo soy polvo en el viento (¿lo sabías?) y de las luces

solo me llevo conmigo sus lados más oscuros,

los más siniestros, los más hermosos,

un muerto escondido en el sótano, quizás,

una luz que se apaga, la voz de una mujer oculta,

bajo su enagua, un vino tibio, un vacío que avanza,

y mi cuello atravesado medio a medio por una daga.

Ay, esa imaginaria daga.


La vida, la tuya también, está compuesta

por momentos diversos, los que si juntas sus pedacitos

será una historia. Un historia inconclusa como la de todos.

Será la del ser que ya no es y la del que quiere siempre ser,

y ahí va mi yo, pero mi yo ya es más que una ilusión del yo.

Del que fue. Del que se va. Del que vendrá. 

El fantasma de una vida que si fue, y ya no es. Pero viene.

Y luego se va, y se va. Así no más: Se va. Y sigue siendo aquí.