Podría ser que nada está determinado
más allá de la vida,
o que es inútil buscar el sentido mayor
de cada cosa
si todavía nada ha comenzado a vivir sobre la tierra.
Son ideas que presientes en el momento
cuando hasta los adioses comienzan a irse
sí, cuando todo comienza a escurrirse como agüita
de cerro entre tus manos de mono congelado
La poesía misma, la que cantó a los muros,
a los labios rojos y a las rosas negras del invierno, y
cruel, enrojeció de placer maligno
a quien iba dedicada, la misma que enterneció el alma
de un perro sin dueño, no tuvo más razón
ni lógica
ni sentido
que un vuelo sin pájaro, que una tela sin araña,
que un comienzo sin final, que un beso sin lengua
Caído hasta el último sol sobre las tejas
"cuesta abajo en la rodada"
la mañana duerme tibia como un otoño
después del grito escandaloso y la maquinita kodak
manchada con café,
gotea y apenas una guerra, estropea este silencio
y en medio de las sangres piensas (si es que piensas)
en un triste consuelo: lo amado fue lo amado,
lo odiado fue lo odiado y todo estuvo bien o mal,
dependiendo del humor con que vivías.
Hoy todo se va, nada llega