Sumito Estévez - SOPAIPILLAS PASADAS

 

(Texto recibido gracias a la gentileza de Nelly Margarita Arenas)

Hoy nos hizo sopaipillas pasadas. Hoy día de lluvia y de 10ºC, nos hizo sopaipillas pasadas.

Un plato no es un conjunto de ingredientes ni un compendio de técnicas. Un plato es lo que ese plato cuenta. Es su historia. Por ejemplo, sin historia una arepa no es más que harina de maíz con agua y un sabor bastante neutro. Con historia, una arepa es un universo

La sopaipilla pasada es un plato chileno que cuenta mucha historia. Es una tortica frita de harina de trigo mezclada con zapallo (calabaza, auyama) que se baña en almíbar caliente de chancaca (panela, papelón) con canela y naranja.

Piense en un Chile anterior a la modernidad. Uno rural, sin supermercados. En simbiosis profunda con sus estaciones. Imagine una casa, la de su madre por ejemplo. Hay trigo porque el trigo dura todo el año. El trigo es pan. Es invierno, durísimo invierno. Ya la tierra no puede dar vegetales pero en la casa hay también zapallo, que es de los poquísimos vegetales del verano que dura meses sin dañarse. Zapallo noble que ha llegado al invierno para seguir alimentando

Llueve. Hace un frío tremendo. Usted está en clases en el colegio. Mientras, su madre en casa hace torticas de masa con zapallo. Hace un almíbar.

Usted llega a casa. Aterido de frío. Su madre le sirve un plato caliente. Es esa tortica frita bañada con almíbar caliente. Usted siente que tiene madre, hogar, calor, solaz, amor.

Hoy, en un Chile moderno y con supermercados, en un Chile que se empeña en vencer las estaciones forzando ingredientes cuando no debería haberlos, y que vence al frío con energía; esa historia persiste con testarudez atávica.

Cada vez que llueve y hace frío, los chilenos suspiran con nostalgia y dicen: ¡Ay, hoy es día de sopaipilla pasada!