Mibelis Acevedo - TRES POEMAS




REEINICIO

Cómo levantarlo todo después de la catástrofe,

me pregunto. 

Cómo recoger las incontables astillas, 

el espejo roto, 

y juntar de nuevo la imagen 

que falsifica cada uno de sus trozos. 

Cómo volver al movimiento, al inicio,

El germen en endémico brote,

el cielo, las ramas apuradas por palparlo. 


Hay tanto escombro en el suelo

jirones en las ventanas, 

puertas destrabadas, 

y el cansancio es formidable, 

acomodado en mi pecho como una bestia prehistórica.

¿Cómo limpiar la habitación, 

para que la morisqueta de la guerra perdida no nos acribille?

Para volver a ser árbol

Para que el nombre con que te bauticé no sea aguja

sino el repaso piadoso de lo que alguna vez fuimos.

   





CUCHILLOS

Estos cuchillos que arrojaron las bocas amadas

¡Ah, esos cuchillos!

Tan pulcros en su daño

Milimétricos en su aterrizaje

Incrustados en el centro del cuerpo,

justo allí, donde lo desmantelan todo:

la serenidad

el deseo que junta y somete

el atisbo de las tormentas que nos salvaron 

el límite del abismo

esta casa que construimos con medidas equivocadas

Todos los años, apilados como libros mudos, fieles, marchitos.

Todo. 


Estas balas indolentes

Precisas

Atletas volviéndose humo en el salto  

filo que se zambulle a fondo en el músculo palpitante

y lo deja expuesto

despedazado bellamente, sin suturas.

Entonces el buen siglo se reduce a un soplo maldito

una cama deshabitada

la hondura que no da tregua.

Súbita, impotente Alicia, 

este agujero en el que caigo,

caigo

caigo.








FILO

El hombre paladea el filo

La danza brutal en el aire

Una, cien, mil palabras ahuecando el envión ajeno

Cuchillos trozando puentes,

inicios nonatos,

anticipaciones.

Un hombre escribe y no piensa

Sólo saliva con la víscera expuesta

las cruces del predador parlante

El sabor del metal, la herrumbre en la lengua.

El odio, que todo lo traga.