y cuando dormíamos todo fue de pronto fuego
todo fue de pronto gritos todo fue de pronto balas
despertamos aterrados a mi vecina le rompieron un ojo
a la novia del primo metalúrgico se la llevaron no sé dónde
las calles están vacías oscuras y no hay agua para beber ni lavarnos
no hay nada y los días son largos gusanos de gente que pasa
nadie sabe hacia donde los llevan nadie sabe si volverán
hoy somos sonámbulos en cada noche fantasmas en cada día
Hoy nos matan, además.
hace solo una semana no lo pasabamos tan mal
yo me sentaba en la plaza grande de la Avenida de la Paz
a la que después llamaremos Avenida de la Guerra o de la Muerte
un par de turistas me fotografiaron hace dos semanas
y me preguntaron sobre las ruinas griegas al otro lado de la ciudad
ahora no vienen turistas los niños lloran los viejos lloran.
Hoy nos matan, además.
Hoy vemos soldados que corren para allá o para acá
nos miran asustados y son ellos los que tienen las armas
pero parece que nos tienen miedo cuando miramos sus ojos
¿tendremos ya caras de muertos? hay mucha sangre en las calles
nadie se molesta en limpiar la sangre de las calles
ayer bombardearon el teatro y el mercado y hasta el hospital
¿qué les habremos hecho? aquí la gente vivía tranquila
sin molestar a nadie dicen que esta es una guerra de los rusos
pero yo no tengo nada en contra de los rusos
mi abuelo era ruso y se lo llevaron una vez los rusos
y nunca más volvió pero eso era ayer no hoy
Hoy nos matan, además. Hoy nos matan, además
(Estas frases son fragmentos de una entrevista televisiva realizada a un habitante de Mariupol)