Los poetas de verdad no escribimos poemas.
Los poetas de verdad escribimos cuchillos.
Escribimos noches, escribimos batallas.
No escribimos para vivir.
Solo escribimos para no morir.
Los poetas de verdad no somos poetas.
Somos hipótesis, luciérnagas, cometas,
gargantas, agua: agua que nadie ha bebido.
Somos agua envenenada
Los poetas de verdad no escribimos poemas
Borramos a los poemas, a veces los comemos
con pimienta, azúcar, menta, comino y arroz.
Lo poetas de verdad no somos de este mundo.
Antes de escribir, hemos sido escritos por el tiempo
Conocemos el final.
Conocemos el final.