Anton Julian - TRES POEMAS OSCUROS

 


LA VERA OCULTA

Hay que romper los muros que separan

a los versos más tristes, del pensamiento


y entender que la belleza

no está reñida con la verdad,

que la flor es un complemento de la rama

y la raíz, el comienzo de la vida

desde la oscuridad más cruel del universo.


Pues todo este andar que transitamos,

sus deberes y sus besos,

sus panes duros y sus aguas,

sus rocas, sus metales y sus peces,

sus gritos húmedos y sus noches,

fueron solo figuras pálidas y difusas,


casi invisibles a tus ojos,

de una verdad dura y oculta,

la que, para que fuera verdad,

ha debido permanecer siempre oculta.


CASI NADA

Porque no voy a contar nada

de la mujer que aguardó la noche

con un cuchillo bajo el manto

Tampoco del hombre turbio

que la esperó bebiendo vodka.

Ni de la calle que transcurría

bajo las ventanas, ni de la lluvia

que la hacía vibrar de espanto.

Ni del aullido que espantó a las ratas.

Pero no puedo callar tampoco

Solo he dicho y diré estas palabras.

Lo demás ya no es mi asunto.


A fin de cuentas solo hay momentos

de vida apagada, recuerdos vanos

en la memoria simple del aire,

un tiempo que pasa, mas no sin sangre

Y esa tampoco es la misma sangre

de los días que se fueron. Y nunca más volvieron.


THE END

Hice desaparecer a los pájaros

del techo solo quedó una ruina

La casa fue demolida a fierrazos

lo vivido aquí no importó a nadie

El trascurrir fue simple y necesario

ni un minuto de más ni de menos

La era ha cumplido su ciclo nupcial

De mi árbol y sus nidos, no quedó nada.

O tal vez algo parecido a un poema

Y de los muertos, a los que más amaste,

por segunda vez, sin descansar, murieron.