hace tiempo que me encerraron en esta torre,
ni me acuerdo de la razón, si fue por el reloj
de oro que nunca robé o por una
de las tantas revoluciones que vinieron del Oriente.
O simplemente porque me confundieron con otro
¿Cómo voy a saberlo yo si hasta olvidar se me olvidó?
Pasó el tiempo de la fuga, no hay ningún asomo disidente
y lo que más temo y evito es a la amnistía colectiva
anunciada en el momento menos preciso por el gobierno de turno
No hay más desobediencia ni rebelión
La linterna que robé esa vez al guardia
- él yace todavía acuchillado debajo de las baldosas de mi celda-
solo sirve para facilitar desde mi ventana la ruta
de los murciélagos, cada noche, cada noche
No, no, no necesito aquí televisores ni computadores,
las historias me las cuento a mí mismo, la más cierta la conoces.
O simplemente porque me confundieron con otro
¿Cómo voy a saberlo yo si hasta olvidar se me olvidó?
Pasó el tiempo de la fuga, no hay ningún asomo disidente
y lo que más temo y evito es a la amnistía colectiva
anunciada en el momento menos preciso por el gobierno de turno
No hay más desobediencia ni rebelión
La linterna que robé esa vez al guardia
- él yace todavía acuchillado debajo de las baldosas de mi celda-
solo sirve para facilitar desde mi ventana la ruta
de los murciélagos, cada noche, cada noche
No, no, no necesito aquí televisores ni computadores,
las historias me las cuento a mí mismo, la más cierta la conoces.
Aunque si he de decir la verdad no recuerdo siquiera
el color de tus calzones; los que te quitaste esa noche
cuando me perseguiste como a un bandido
desde esa casa que tenías escondida debajo
de los más grandes árboles de tu granja.
Razón de más para que te pregunte ahora
¿Por qué has venido a golpear tan tarde la puerta de mi celda?
¿A que has venido si yo nunca te he llamado?
Y sobre todo ¿qué haces ahí parada, llorando a mares
con todos tus mocos colgando como si yo fuera
desde esa casa que tenías escondida debajo
de los más grandes árboles de tu granja.
Razón de más para que te pregunte ahora
¿Por qué has venido a golpear tan tarde la puerta de mi celda?
¿A que has venido si yo nunca te he llamado?
Y sobre todo ¿qué haces ahí parada, llorando a mares
con todos tus mocos colgando como si yo fuera
la tumba de mi tumba y no el pobre hombre
encerrado en esta torre a la que tú misma me llevaste?