A medida que se acerca el invierno, el Kremlin está instigando problemas en Europa. Sus últimas maquinaciones incluyen una guerra del gas contra los países de Europa Central y Oriental; una crisis migratoria a lo largo de las fronteras de Bielorrusia con Lituania, Letonia y Polonia; una renovada movilización militar en la frontera oriental de Ucrania; y la agitación por la secesión serbia de Bosnia y Herzegovina.
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