Jesús (Chuo) Torrealba - POR UN VOTO INTELIGENTE

 

Las declaraciones de Julio Borges y Calderón Berti al colega @cmrondon han significado un sismo político. Pero más allá del impacto que tengan en las cúpulas partidistas, interesa saber si han generado alguna reubicación del ciudadano ante la COMPLEJIDAD de lo que enfrentamos

En efecto, hasta hace poco la confrontación política era mostrada por sus protagonistas con una sencillez engañosa, con un discurso que infantilizaba a las audiencias: Como en un cómic de Marvel, lo que pasaba en Venezuela era anunciado como "una lucha del bien contra el mal"

En esta supuesta confrontación de superhéroes contra archivillanos, cada quien asumía retóricamente el rol de los "buenos-buenísimos" y acusaba al contrario de encarnar a los "malos-malísimos". Mientras, el morbo polarizador dotaba de INVISIBILIDAD a corruptos de ambos lados

Hoy los invisibles dejan de serlo: Nicolás Maduro acusa a Rafael Ramirez de corrupto, Julio Borges responsabiliza a Guaidó de la posible pérdida de Citgo y Monómeros y Calderón Berti afirma que Leopoldo López todo lo que toca lo sectariza y deteriora ¿En que parará todo esto?

¿Terminará esto en un "ventilador" lanzando porquería hacia todas partes hasta lograr el descreimiento general, para que nadie pueda distinguir la verdad de la mentira y eso permita a los corruptos otra vez quedar impunes y con su poder intacto? Esa técnica es vieja y eficaz

¿O es posible que esta situación genere una nueva toma de conciencia del ciudadano, una visión más crítica del liderazgo, en la certeza de que la política es demasiado importante como para dejar que sea coto cerrado de los políticos, y sobre todo de "políticos" como algunos..?

Ya existe evidencia de un cambio hacia la adultez cívica, expresada en autonomía ciudadana frente a las cúpulas partidistas, sin por ello caer en la "anti-política". Buen ejemplo es el tema electoral: La gente quiere votar, a pesar de la irresponsable tardanza de los "líderes"

Es importante ahora que, a pesar y por encima de la dispersión de la oferta electoral opositora, el VOTO CIUDADANO INTELIGENTE compense la incompetencia de un "liderazgo" que no ha estado a la altura, que no ha respetado el dolor de la gente ni ha sabido expresar su esperanza

Es importante entonces VOTAR, sí, pero no por "tarjeticas", cancioncitas o consignas: El ciudadano debe escoger a LOS MEJORES, debe comparar nombres y trayectorias y hacer uso de su mejor CRITERIO: La mediocridad del liderazgo no es excusa para actuar como ciudadanos mediocres

SI EJERCEMOS EL VOTO CIUDADANO INTELIGENTE, autónomo, tendremos al menos una posibilidad de convertir el 21N en el inicio de la integración de un nuevo liderazgo capaz de construir las victorias del presente y del futuro, en vez de seguir justificando las derrotas del pasado!