Hoy estoy más triste que una paloma de invierno,
no me preguntes por qué, las causas son ignotas,
remontan tal vez a la prehistoria de la humanidad,
o quizás antes; cuando yo era piedra o diente o animal
o aire o pasto o humedad o rocío o agua o servilleta:
Es la tristeza que baja desde la pobreza de ser hombre,
a ese punto x+2=c, donde cruzando el todo con la nada,
llega a esos abismos imposibles de aventar con vino tinto.
Son los fantasmas de cada noche, los malditos,
los que vuelven entre aves frías y cuchillos oxidados.
Hoy estoy más triste que un pingüino en medio del desierto.
No me preguntes nunca más el porqué. Sé buena de una vez.
Solo el amor es más grande que la muerte.