Anton Julian - DESDE LOS PRADOS DEL ESTE

 



Anda siempre cerca de usted,

lo husmea, lo rodea, lo provoca,

por eso pensamos en la muerte,

pero no siempre pensamos lo mismo.


Cuando éramos los de antes la vivíamos

para esquivarla, como si fuéramos

toreros frente a un toro asesino,

avanzando lentamente

desde los prados del este

hacia los prados del oeste


Cuando viejos pensábamos menos

en la muerte, ya la teníamos anunciada

en la mirada, sin oír el estrépito

de las cosas al caer, en los recuerdos, sí,

en los recuerdos de la vida volteada,

hacia los caminos recorridos,

hacia los amores que nunca fueron

en el dolor escamado de las espaldas,

en la cabeza que cae hacia el suelo,

en el despertar aterrado del sol en el florero.


la puta maldita deja de ser entonces

la enemiga, y lázara comienza a bailar

contigo, a beber contigo, a reír contigo

vayas donde vayas te acompaña. No te deja.


Por eso nos temen,

por eso no nos quieren,

por esos nos abandonan,

por eso estamos solos,

con ella: novia de luto

ya convertida en amiga,

o en sombría sombra:

Sombra de tu propia sombra.