Después que muera
solicitaré que me quemen,
no quiero ser pasto de gusano,
ni hueso frío bajo tierra.
Quiero ser ceniza,
descendiente del fuego,
polvo cósmico,
arena azulada,
piedra del mañana,
primo del desierto,
ojo de mi antepasado tuerto.
Quiero ser esparcido en los aires
y servir de alimento a las hojas
y a las flores del verano, y volar.
Quiero volar en el viento del tiempo.
Quiero ser tierra y aire, aire y tierra
y llegar a las raíces de la nada,
para volver al todo
y convertirme en pájaro.
Pues el ave fenix que nace
sobre las cenizas
nunca ha sido metáfora.
Es la vida. También es la tuya
Quiero ser ceniza. Solamente ceniza.