Sergio Ramírez - LAS GOTAS MILAGROSAS DEL DOCTOR MADURO


Uno de mis personajes favoritos del bestiario político centroamericano es el dictador de El Salvador, el general Maximiliano Hernández Martínez, militar y teósofo a la vez. Era un ciego creyente en los poderes de los médicos invisibles, por cuyo consejo mantenía en el patio de la casa presidencial decenas de botellas de distintos colores llenas de agua, que expuestas al sol adquirían facultades sanadoras para cualquier enfermedad, desde la tiña a la disentería. Fue con el agua de una de estas botellas, de color azul, que pretendió curar la apendicitis de un hijo suyo, con resultados fatales. El niño murió entre terribles gritos de dolor.

Cuenta también Roque Dalton en Historias prohibidas de Pulgarcito, que ante una tenaz epidemia de viruela no se le ocurrió nada más sabio que mandar a forrar en papel celofán coloreado las farolas del alumbrado público, pues matizar la luz eléctrica era suficiente para matar las bacterias causantes de la peste, que por supuesto siguió creciendo a sus anchas y matando niños y adultos, indiferente a las artes mágicas del presidente de la República y su corte de médicos invisibles.

Hasta donde es conocido, el presidente Nicolás Maduro no es discípulo de los médicos invisibles, pero sí de Sathya Sai Baba, de probada naturaleza divina, pues se proclamó el mismo en vida avatar del dios Visnú. Maduro visitó a su maestro en el santuario de Puttaparthi en la India, y ahora que ya el gran gurú pasó a otro plano de vida, a lo mejor desde el más allá es quien le aconseja las políticas sanitarias a seguir para enfrentar la pandemia del coronavirus con un gotero.

Para asombro de la comunidad científica internacional, Maduro ha anunciado en cadena de radio y televisión desde el Palacio de Miraflores, que un genio científico de su confianza, “una mente brillante”, cuyo nombre “por el momento se protegerá” ha descubierto una medicina milagrosa, más potente que ninguna de las vacunas patentadas hasta ahora, para acabar de una vez por todas con la pandemia.

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