Norton Robledo - SOBRE EL OFICIO DE ESCRIBIR

 

La poesía me lleva a mis raíces.

Muchas veces conversando con colegas poetas sobre el oficio de escribir en relación con la creación de un poema, ante mi pregunta si hacen taller literario con él, si lo limpian, podan, o si agregan para que alcance su altura, me responden » Lo dejo tal como lo escribí porque yo escribo desde el alma».

Con respecto a eso pienso que la idea, la inspiración es la chispa en la creación del poema. Y que el constructor del poema es la palabra. La semántica de las palabras y su significado y derivaciones. Cuando en un acto poético creo un poema lo hago teniendo presente lo anteriormente expuesto. Y sin olvidar estos versos del poema «La poesía es un arma cargada de futuro» del gran poeta de España Gabriel Celaya:

«No es una poesía
gota a gota pensada,
no es un bello producto
no es un fruto perfecto,
es lo más necesario
lo que no tiene nombre;
son gritos en el cielo
y en la tierra son actos»

Y teniendo en cuenta a unos de los poetas que es mi norte, mi brújula en mis navegaciones por el mundo poético. Al genio, al mago al Rey en el universo poético Vicente Huidobro :

«Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,

Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata…../
«La noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia? «

Y también teniendo en cuenta a otro norte y brújula y siempre presente el arte poética de Pablo Neruda dado en el texto «Sobre una poesía sin pureza.» que es un verdadero manifiesto del poeta. Él dice entre otras cosas:

«Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos.

La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada, la entrada en la profundidad de las cosas en un acto de arrebatado amor, y el producto poesía manchado de palomas digitales »

La poesía me lleva a mis raíces, a mi identidad y memoria. Qué bonita y maravillosa fue en mi infancia en el pueblo de Canela , cuando vivía por esos Lares y aprendí a leer, La literatura tuvo la magia de abrir las puertas que me permitieron llegar a sitios, viajar a lugares remotos que jamás hubiera podido imaginar.

La naturaleza, sus colores, olores, sabores, las gentes, sus vidas, sus trabajos, aparecieron ante mí con un nuevo significado.

Mis ojos lo veían de forma diferente, las sentía de otra manera.
La magia de la literatura me hizo ver y sentir la vida, las gentes y la naturaleza con una doble mirada.

Recuerdo como si fuera hoy que sentado bajo las sombras de un árbol, mientras las ovejas y las cabras pacían. Yo con un libro en las manos me transportaba a lugares lejanos. Yo soñaba con plasmar en el papel lo que yo miraba, lo que yo veía, lo que yo sentía.

Fuente: http://critica.cl/literatura/23634