no porque sea mariquita o algo así, simplemente leo poemas
porque me place ver como las palabras arrancan de sus nidos y vuelan hacia otros nidos y a veces caen sobre el vacío. Sin nidos
Leo poemas no porque me guste la rima o el verso
ni la voz almidonada de los poetas cuando leen sus poemas.
Leo poemas porque sé que mi realidad no es
ese sofá,
ni este escritorio,
ni esta luz marchita.
Ni siquiera el palo de rosa que descuelga su belleza por sobre la humedad de la ventana carcomida por los cuervos.
Leo poemas porque quisiera atravesar el enjambre de las cosas,
y porque sé que detrás de esta tierra hay muchas otras tierras, nunca vistas o nombradas.
Leo poemas porque me enloquece descubrir los ocultos colores de cada día
y sentir el soplo de otras vidas, de otras vidas que no son las mías. Y me llaman.
Leo poemas, porque la soledad del hombre es infinita,
Y esta noche tan oscura me da miedo, ¿entiendes?
Mucho miedo.