Nadie la detiene,
avanza,
mordiendo el corazón
de los vivos,
desde las noches más
oscuras de la historia,
avanza,
hacia el vacío
triste de tus pulmones
a robarte el aire, a
robarte el alma,
avanza
¿Serán
los heraldos negros de vallejo?
¿Serán
los dientes fieros del demonio?
Nos escondemos en
nuestras casas.
Hemos cerrado
puertas y ventanas,
solo queremos vivir
el tiempo que nos queda.
¿Será
mucho pedir acaso?
¿Hacia
donde huyó la primavera?
¿los
tiempos de las flores, dónde están?
¿las
risas de las muchachas que se hicieron?
¿en
que lugar del infierno nos metieron?
He regado una rama
de crisantemos,
son las bellas
flores de la noche,
son el consuelo de los cementerios.
Recibe la rama
amada, sujeta su tallo,
la vida es más
frágil que un nacimiento.
Más leve que una
aurora.
Más fugaz que una mirada.
Menos que una
ilusión, es una brisa.
Pues afuera,
como si el viento
del mal lo arrastrara,
avanza,
como solo lo sabe
hacer la muerte:
avanza.