Adriana Moran - LAS FURIAS DE LA INDOLENCIA

Lo que empezó en un lugar muy lejano a nuestro trópico se fue extendiendo, y un día amanecimos de pandemia. Nos dijeron que teníamos que retirarnos el saludo, cubrir nuestras bocas, encerrarnos en nuestras casas y mirar al mundo de reojo para ver como hasta los países más fuertes estaban sucumbiendo ante los estragos de una micropartícula que viajaba y se multiplicaba para ponerlo de cabeza.
Conscientes de que nuestra precaria situación nos llevaba a un estado de indefensión muy superior al de cualquiera de esos países que veían colapsar sus sistemas de salud y sus economías ante el avance del virus, muchos creímos que el impulso de sobrevivir, la responsabilidad de salvar a los venezolanos de esa terrible amenaza que venía a sumarse a las que ya teníamos, haría que las reglas del juego cambiaran.
SEGUIR LEYENDO>>