A cada paso, frío seco, aire puro, niebla clara,
imágenes
que vienen del pasado o del futuro incierto,
un
rostro mirándote desde tan lejos
una
revoltura de tiempos idos o por venir,
fragmentos
que impiden la presencia de la nada
más
ese calor del deseo que nunca se difuma en el aire.
A cada
paso, la cierta pena que se anida,
en
medio de la alegría inconfundible del camino
¿seguirán
vivas las dos higueras de la infancia?
¿seguirán
vivas o en poder de otros amos?
¿o
ya las hicieron leña? ¡O
qué sé yo! ¿Y
a quién le importa?
A cada
paso voy a recordarte: siendo.
Aún
estoy vivo y estoy despierto. Así lo siento.
La vida
fluye: y es. Gracias a ti por estar ahí.
En mis
pasos. En cada paso. A cada paso.