No me preguntes lo que yo pienso.
Yo no pienso, solo
existo.
Dejo que las cosas
pasen y vuelvan.
¿No ves? no soy más que una cosa que pasa y no vuelve
así lo quiso el
destino cuando me mandó
a recoger los
papeles que dejaron mis ojos
cuando sin haber
llorado nunca los abrí.
Soy simple
circunstancia,
una piedra en el
camino de un zapato
el azar de los
vientos todos
el amor sin objeto
ni destino, salvo tú (cuando lloras)
y soy el pedazo de
pan duro que alguien olvidó en la cocina,
y a la vez soy el
río de heráclito congelado por las nieves
y los fríos
Entonces no me
preguntes lo que yo pienso.
Yo no pienso, solo existo.
Yo no pienso, yo no
sé nada de nada. Yo no soy más que un pobre dios.
Un pobre dios
perdido en el universo que el mismo, sin pensar, creó.