Afortunadamente
no creo en presagios. Si creyera en presagios tendría que comenzar estas notas
diciendo que el incendio de la Catedral de Notre Dame, símbolo del Occidente Cristiano,
espacio desde donde provino la democracia moderna y sus derechos universales,
es un signo que anuncia un nuevo derrumbe de Europa y todo lo que ella
significa para la cultura y la política.
Afortunadamente
no creo en presagios porque si así fuera tendría que deducir que un cómico ucraniano
hasta ahora políticamente desconocido, a cuatro años de la invasión rusa a Crimea,
anuncia un nuevo capítulo de otra historia que lleva al fin de la democracia
liberal y a su sustitución por gobiernos autoritarios y anti-políticos cuya
hegemonía reside nuevamente en Moscú.
Quisiera no
pensar que el incendio de la Catedral de Notre Dame y el gobierno no anti-Putin
de Zelenski son heraldos negros del desenlace de las elecciones españolas las que desde ya presagian el ascenso del partido neo-franquista
VOX, las alianzas entre el PSOE de Sánchez con comunistas trasnochados y cavernarios
nacionalismos regionales, y sobre todo, la auto-destrucción del promisorio
centro político representado hasta ahora por Ciudadanos.
Afortunadamente
no creo en presagios, porque sí asi fuera debería creer que el incendio de la
Catedral anunció la toma de la Unión Europea por las hordas ultraderechistas
comandadas por la Juana de Arco del neo-fascismo francés y con ello el regreso de
los nacionalismos, del odio al prójimo, del racismo y de la maldad humana. Todo
eso convertido en programa de acción política de masas resentidas, marginadas
por la revolución digital de nuestro tiempo.
Pero hoy
brilla el sol sobre gran parte de Europa. Los pájaros cantan, la gente va tranquila
a sus trabajos, en la noche habrá buenas conversas, pan, televisión, fútbol y vino. Tal
vez uno debería pensar como ese condenado a muerte que nos cuenta Freud -El Chiste y su relación con El Inconsciente-
cuando, poco antes de ser llevado el patíbulo, al ver desde una ventana la luz
radiante, dijo: “Hoy ha comenzado bien el día”.