Fernando Mires - PRESAGIOS


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Afortunadamente no creo en presagios. Si creyera en presagios tendría que comenzar estas notas diciendo que el incendio de la Catedral de Notre Dame, símbolo del Occidente Cristiano, espacio desde donde provino la democracia moderna y sus derechos universales, es un signo que anuncia un nuevo derrumbe de Europa y todo lo que ella significa para la cultura y la política.
Afortunadamente no creo en presagios porque si así fuera tendría que deducir que un cómico ucraniano hasta ahora políticamente desconocido, a cuatro años de la invasión rusa a Crimea, anuncia un nuevo capítulo de otra historia que lleva al fin de la democracia liberal y a su sustitución por gobiernos autoritarios y anti-políticos cuya hegemonía reside nuevamente en Moscú.
Quisiera no pensar que el incendio de la Catedral de Notre Dame y el gobierno no anti-Putin de Zelenski son heraldos negros del desenlace de las elecciones españolas las que desde ya presagian el ascenso del partido neo-franquista VOX, las alianzas entre el PSOE de Sánchez con comunistas trasnochados y cavernarios nacionalismos regionales, y sobre todo, la auto-destrucción del promisorio centro político representado hasta ahora por Ciudadanos.
Afortunadamente no creo en presagios, porque sí asi fuera debería creer que el incendio de la Catedral anunció la toma de la Unión Europea por las hordas ultraderechistas comandadas por la Juana de Arco del neo-fascismo francés y con ello el regreso de los nacionalismos, del odio al prójimo, del racismo y de la maldad humana. Todo eso convertido en programa de acción política de masas resentidas, marginadas por la revolución digital de nuestro tiempo.
Pero hoy brilla el sol sobre gran parte de Europa. Los pájaros cantan, la gente va tranquila a sus trabajos, en la noche habrá buenas conversas, pan, televisión, fútbol y vino. Tal vez uno debería pensar como ese condenado a muerte que nos cuenta Freud -El Chiste y su relación con El Inconsciente- cuando, poco antes de ser llevado el patíbulo, al ver desde una ventana la luz radiante, dijo: “Hoy ha comenzado bien el día”.