El día 23 de enero Juan Guaidó, líder de la oposición venezolana, dio a conocer la tríada o plan de ruta para la oposición: fin de la usurpación - gobierno de transición - elecciones libres. En la forma expuesta se trataba, abiertamente, de un proyecto insurreccional. Pues fin de la usurpación significa en términos exactos, derrocamiento del gobierno de Maduro.
La tríada fue adoptada por
gran parte de la oposición como un nuevo credo surgido de una revelación
mesiánica. Solo algunas voces mediales aisladas intentaron sugerir que la
relación entre esos tres elementos había sido listada en sentido inverso. Al ser puesta las elecciones al final y no
al comienzo, la oposición se privaba a sí misma del principal medio político
para justamente poner fin a la llamada usurpación.
Evidentemente, la tríada
de Guaidó más que un proyecto estratégico salido de una mente superior parecía
ser el resultado de un compromiso mediante el cual la dirigencia de la
oposición buscaba otorgar una línea continua a la abstención del 20-M
deletreando para el efecto una lectura del proceso en su consonancia, a saber:
El gobierno había usurpado el poder como consecuencias de unas elecciones en
las cuales la oposición -salvo el gesto simbólico y testimonial de Avanzada
Progresista y su candidato Henri Falcón- se había negado a participar por
diversas razones. Algunas todavía nada de claras.
La premisa de la insurrección fue erigida sobre la base
de tres pilares: movilización popular de alta intensidad, apoyo de la comunidad
internacional (Grupo de Lima, EEUU y Union Europea), quiebre del estamento
militar y/o intervención militar norteamericana. De la conjunción
entre lo primero y lo tercero dependería el éxito de la tríada. El hecho es que
esa conjunción no tuvo lugar ni en el día D previsto (23 de febrero) ni en los
que le siguieron. Todo lo contrario: acontecimientos posteriores demostraron
que la juramentación de Juan Guaidó del 23-E -aparte de su efusividad masiva-
no reposaba sobre bases sólidas, sobre todo si se tiene en cuenta que tanto la
intervención externa como el quiebre del estamento militar, si llegan a
suceder, serían actos que escapan al control opositor. En el mejor de los casos
serían simples hipótesis. Muy poco verificables por lo demás, si se considera
que la comunidad internacional pro-oposición no conforma una unidad monolítica
a diferencia de los gobiernos autoritarios que apoyan a Maduro (Rusia, Turquía,
Irán, Nicaragua, Bolivia y Cuba)
Cono es sabido,
contrastando con la postura de los EE UU que acentúan la línea de la presión
internacional con el objetivo de dividir a las FAN, el Grupo de Lima se
pronuncia por una salida pacífica (negociada) y la Comunidad Europea, más
países como Australia y Canadá, por una salida negociada y electoral a la vez. Naturalmente los sectores extremistas de la
oposición se encuentran más cerca del gobierno de Trump desestimando la
proposición electoral proveniente de Europa, precisamente de gobiernos cuyos
principales adversarios son los aliados directos de Maduro. Así se ha llegado al punto en que dentro de
la oposición ha ido lentamente ganando terreno la opción de reactivar los
canales políticos y levantar la opción de las elecciones libres tras previas
negociaciones.
Para sintetizar, ya han sido formados dos frentes
opositores: por un lado quienes insisten en la tesis insurreccional manteniendo
la premisa del fin de la usurpación, aunque sin pronunciar los medios para
llevarla a cabo (lo que no deja de ser una tremenda irresponsabilidad
política). Dicha tesis es todavía dominante en la conducción ejercida por
Guaidó, al parecer abierta a las invocaciones del extremismo, algunas, dicho
con toda seguridad, provenientes del propio partido de Guaidó. Por otro lado
hay quienes consideran que el llamado al fin de la usurpación solo puede tener
lugar a través de una lucha orientada a la consecución de elecciones libres con
el máximo (no con todas) las garantías que se puedan lograr a través de una
intensa movilización popular liderada por Juan Guaidó en nombre de la AN, único
organismo de representación auténticamente popular que existe en Venezuela.
Decisión que supondría una ruptura (deslinde) de la oposición democrática con
respecto a la oposición extremista.
¿Poner fin a la usurpación para lograr elecciones libres
o luchar por elecciones libres para poner fin a la usurpación? En expresión escueta, tales interrogantes provienen de
los discursos predominantes en los dos polos de la oposición. No obstante,
ambas posiciones antagónicas parecen compartir un mismo error. Este error
consiste en considerar el fin de la llamada usurpación y la lucha por
elecciones libres como dos compartimentos estancos.
Son pocos los que han entendido que luchar por poner fin
al gobierno de Maduro y luchar por elecciones libres no son dos etapas
diferentes de la lucha sino una sola etapa de la misma lucha. Eso no quiere decir que el gobierno de Maduro accederá
de buenas a primeras a realizar elecciones libres, o someterse de buen grado a
plebiscito popular. Debe, por el contrario -en ese punto coincido con el
columnista Trino Márquez- ser obligado a negociar. Pero a la vez sin lucha por
elecciones libres no habría nada que negociar. De ahí que la contradicción que
se presenta entre los lemas “dictadura
no sale con votos”y “solo con votos sale una dictadura” es radicalmente
errónea. En la historia de la modernidad
hay dictaduras que no han salido con votos y otras que sí han salido con votos.
Lo que no ha habido nunca son salidas de dictaduras con prescindencia de la
lucha por elecciones libres, puestas no en un tercer sino en el primer lugar de
las agendas políticas.
¿Fin de la usurpación
para realizar elecciones libres o
elecciones libres para poner fin a la usurpación? Pareciera a primera vista que estamos frente al juego del huevo o la
gallina. Lo que muchos todavía no perciben es que se trata de un juego
falso, o lo que es lo mismo, de un juego correspondiente a un paradigma
teóricamente superado en las ciencias naturales, en las sociales y en las
políticas.
El paradigma superado
tenía como punto de partida un principio bíblico, el de que el mundo fue creado
de una sola vez. Al principio bíblico parecía oponerse la variante darwiniana
según la cual la creación es un proceso permanente sometido a los principios
que signan su evolución. Pero Darwin, hombre cristiano al fin, no renunció
jamás al principio de causalidad determinante. Ese principio ha sido
contrarrestado recién por nuevos paradigmas surgidos de la física cuántica y de
la biología autopoiética en donde el principio de la determinación causativa es
sencillamente abolido. No son las causas
-dice el nuevo paradigma- las que generan sus procesos sino los procesos a sus
causas, observación que llevó a decir a Hannah Arendt que las causas no existen
(Vita Activa).
Luego -volviendo a nuestro
tema- ni la gallina es causa del huevo ni el huevo es causa de la gallina.
Dialéctica que, por lo demás, ya había intuido Hegel “la afirmación está en la
negación y la negación en la afirmación”. Lo que equivale a decir: “la gallina
está en el huevo como el huevo en la gallina”. En el caso que nos ocupa, la gallina de las elecciones libres se
encuentra dentro del huevo del fin de la usurpación del mismo modo como el
huevo del fin de la usurpación se encuentra dentro de la gallina de las elecciones
libres.
PS. Leemos que personeros
de la oposición y el mismo Guaidó están abocados en la elaboración de un
cronograma electoral. Aunque poniendo el tema elecciones en el tercer lugar de
su mecanicista y anti-dialéctica “revolución por etapas” (no tiene mucho que
ver con la teoría de Stalin del mismo nombre) sus promotores han decidido al
menos destabuizar el tema, situándolo objetivamente en el presente, hecho que
ha costado a Guaidó rudos ataques de parte del extremismo opositor. Solo cabe
esperar que ese cronograma no solo sea simbólico sino una propuesta de lucha y,
no por último, un tema de discusión con el gobierno. Lo contrario es seguir habitando en uno de
esos sueños de fantasías cuyos
despertares suelen ser atroces.
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Sobre el tema ver también.
BBC: EL HUEVO Y LA GALLINA SEGÚN LA FÍSICA CUÁNTICA
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Sobre el tema ver también.
BBC: EL HUEVO Y LA GALLINA SEGÚN LA FÍSICA CUÁNTICA