Adriana Moran - LA AYUDA HUMANITARIA NO ES BANDERA POLÍTICA



Bildergebnis für cruz roja internacional
La llamada ayuda humanitaria entra al país después de un intento de medición de fuerzas que nunca debió darse. Nunca debió darse en primer lugar que un país con una elevada renta petrolera y un aparato productivo en marcha que no sufrió ningún desastre natural llegara a necesitar la ayuda de otros países para evitar la muerte de pacientes con padecimientos que en cualquier país de Latinoamérica pueden ser tratados sin mayores inconvenientes, o la de niños llevados al extremo de la desnutrición y empujados a morir por la falta de las fórmulas alimentaras necesarias para revertir sus cuadros graves. Pero tampoco debió suceder que todo este dolor que es responsabilidad del régimen que con corrupción y malos manejos sumió al país en la miseria, fuera tomado como bandera de la oposición para enfrentarse a los que gobiernan y sirviera para darles más excusas y permitirles exhibir su sectarismo y colocarse en papel de víctimas ante los que aún después de tanto desatino, dentro y fuera de nuestras fronteras, les siguen dando la razón.

Es cierto que como oposición hemos cometido muchos errores. Algunos tan grandes y mal resueltos que tenemos que lidiar con sus sombras. Pero también es cierto que las denuncias de la crisis humanitaria hasta hace poco negada por los de Miraflores es una lucha que todos desde nuestros espacios hemos dado y que ha sido gracias a esos esfuerzos y a los de los dirigentes políticos representados por los diputados de la asamblea nacional y encabezados por Guaidó en su constante insistencia ante gobiernos y organismos internacionales que se terminó por convencer al mundo democrático de la urgencia de nuestro padecimiento y de la necesidad de ingresar esa ayuda al país.

Nadie que conozca la realidad venezolana y la observe despojado de fanatismo puede atribuir al régimen que la desgobierna el mérito de la entrada de la ayuda humanitaria. Pero nadie puede tampoco, poner por encima de la vida de los pacientes que la esperan la urgencia de retar a quien todavía ejerce el poder de facto. Al régimen tenemos que retarlo organizando esa fuerza que hoy recorre al país y llena plazas y avenidas para poder medirnos y contar nuestra mayoría. Pasar del asfalto a la arena política en la que suceden los acuerdos, las negociaciones y en las que están las urnas electorales que nos darán el poder para cambiarlo todo. Pero la ayuda humanitaria no es una bandera política ni tiene un color determinado. Esa ayuda humanitaria que nunca debimos necesitar es, como su nombre lo dice, ayuda. Ayuda para humanos que la necesitan para sobrevivir.