Adriana Moran – ENTRE EL CENTRO Y LOS EXTREMOS


Bildergebnis für ENTRE DOS EXTREMOS; PINTURA MODERNA

Es imposible negar la trascendencia que tuvo para una oposición dispersa y desanimada el surgimiento de un liderazgo como el de Guaidó que vino a sacarla de ese estado de inmóvil desesperanza y le mostró que era posible volver a creer. Es imposible también, a estas alturas, saber si este liderazgo emergente será capaz de conducir a la golpeada oposición venezolana hacia la consecución de los objetivos durante tantos años perseguidos. Del rumbo que decida tomar y de la capacidad de esquivar obstáculos desde el poder siempre intransigente o desde el extremo que solo acepta lo que coincida con sus rígidos deseos dependerá, no solo que alcancemos el objetivo planteado, sino que el mismo liderazgo de Guaidó sobreviva a la ruta escogida.
Intentar complacer o dejarse seducir por el extremo más reaccionario y menos dispuesto a hacer concesiones, puede alejarlo de ese centro más moderado que aunque menos dado al escándalo, representa a la mayoría que quiere un cambio pacífico, duradero en el tiempo y con el menor trauma posible que logre sacarlo del infierno en el que los que de forma ilegítima ostentan el poder parecen decididos a mantenerlo.
Ver el centro como el lugar de la convivencia diversa en el que podemos confluir la mayoría para, a pesar de nuestras diferencias, dotarnos de fortaleza real y efectiva contra el proyecto autoritario, implica también desmontar esa manipulación grosera que intenta que este lugar sea visto como lugar de tibiezas e incluso de principios dudosos por quienes apuestan al enfrentamiento gritón, que hacen de palabras como negociación, elecciones y política, malas palabras y amenazan al régimen con una fuerza que no tienen. Reconocernos en este lugar amplio, distanciado del ruido y el insulto, es la forma más segura que tenemos para consolidar una estrategia basada en fuerza real, de gente de carne y hueso, dispuesta a llevar adelante una lucha cívica y pacífica que es su mayor fortaleza y que es a la vez la mayor debilidad del que está en Miraflores. 
Amenazando con guerra al que sólo sabe y le interesa responder en esos términos, podemos pasar muchos años. Obligándolo a enfrentarse a una mayoría decidida a cambiar por el camino democrático y electoral  acompañada por los demócratas del mundo, lo estaremos enfrentando en el terreno que no le gusta, del que no quiere hablar, en el terreno que si pudiera haría desaparecer para siempre.