Respondo a continuación a un cuestionario que me hiciera llegar el diario LA RAZÓN de España
1.-Si la ayuda humanitaria no entra porque Maduro se opone,
¿cree que Estados Unidos estaría dispuesto a una intervención militar?
Tanto va el cántaro al agua que al final se rompe. Pero creo
que aún falta tiempo para que se rompa. Mas si se tiene en cuenta que Venezuela
ha pasado a ser en EE UU un tema de política interna. Y en ese punto Trump
enfrenta hoy una situación difícil: nada menos que una acusación constitucional
de 16 estados debido al financiamiento irregular del muro anti-mexicano. Ese
tema está en el primer lugar de la agenda de Trump. Solo en segundo lugar, Venezuela.
Sin embargo, nadie puede predecir exactamente la dinámica que alcanzará la
situación el 23. Y Trump está lejos de ser el político más predecible de todos.
Pero aún así en su discurso la intervención militar aparece como última ratio. Su objetivo actual es
intentar conquistar por distintos medios a los altos mandos de las FANB.
Si Maduro fuera inteligente y no solo astuto, dejaría pasar
la ayuda, crearía organismos ad hoc e involucraría al propio ejército en
actividades humanitarias. En este momento parece estar evaluando dos
posibilidades. O agudiza su enfrentamiento por ahora verbal en contra de Trump
y así desata una épica “anti-imperial”
en las FANB, o hace concesiones, intentando no bajar demasiado su perfil. Probablemente en estos momentos
está debatiendo el tema con miembros del gobierno cubano.
3.-¿Habrá nuevas protestas en los barrios pobres si no llega
la ayuda humanitaria?
Sí. La desconexión entre el mundo de la pobreza y el régimen
parece ser definitiva. Además no están solos. Guaidó ha mostrado una
sensibilidad social solo comparable a la de Henrique Capriles en el pasado
reciente. En su discurso alude e interpela a los sectores más pobres como
agentes de cambio a diferencia de los sectores extremistas de la oposición que
los ven solamente como carne de cañón.
4.-¿Hasta dónde van a dar la cara por Venezuela países como
Rusia y China?
Rusia y China tienen objetivos diferentes. Rusia antepone
sus objetivos geopolíticos a los económicos y China los económicos a los
geopolíticos. Rusia no tiene en ese sentido demasiado que perder en
Latinoamérica. De acuerdo a la actual división de las zonas de influencias, los
objetivos de Putin apuntan a desestabilizar la zona europea, expandir sus
posiciones en el Oriente Medio, y sobre todo reconquistar parte de Ucrania. La
solidaridad hacia Maduro es predominantemente retórica. La puede usar en la
competencia hegemónica con los EE UU, claro está, pero, como dijo una vez
Obama, Rusia sigue siendo “solo” una potencia regional. El caso de China es otro: si
después de Maduro surge un gobierno con más solvencia financiera que el
actual, le dará su bienvenida.