Si la verdad no fuera misteriosa
no sería de verdad. La verdad nunca
se presenta desnuda, solamente
cubierta con velos que la cubren
desde arriba hacia abajo. Dicho más en serio:
no hay nada más erótico que la verdad.
No se entrega tan fácil.
No es gratis. Incluso es media puta
Pero hay que seducirla.
Hay, además, que tirarla del moño,
chasconearla por un lado y por el otro
Y solo después, nombrarla.
Recién ahí, avanza hacia ti,
abre sus labios y te sopla al oído:
La verdad,
la que nunca habías querido escuchar.
Cuando ya es demasiado tarde para negarla.
La verdad cuando habla, dice su verdad.
No es bella. Puede ser atroz. Pero es la verdad.
La verdad no termina nunca con tu vida: Esa es la verdad.