Elina Malamud - PINIE WALD


La verdad es que a Pinie Wald nunca le preguntaron si rezaba y él no podría estar seguro de no haber balbuceado las invocaciones de su infancia en esos días incongruentes, sin soles y sin lunas, que solo diez años después se atrevió a describir, en un libro hoy perdido y en su lengua natal. En ese pasmo infinito y atemporal en el que la policía, o el ejército, habían volcado su vida, dentro de la comisaría séptima, no alcanzaba a darse cuenta si había llegado al lento borde final de su existencia o si los golpes que le acaecían eran una suerte de purgatorio perenne; y cada vez que se le aparecía un nuevo funcionario para preguntarle por enésima vez sus sus datos personales, se declaraba de nacionalidad judía y de religión socialista.
                                                                                               CONTINUAR LEYENDO