Desde la década de 1980 en adelante, quedó claro que iba a haber un precio a pagar por la adaptación de las sociedades occidentales a un nuevo modelo económico y ese precio era sacrificar la clase trabajadora europea y estadounidense. Nadie pensó que las repercusiones golpearían también la base de la clase media baja. Hoy, sin embargo, es obvio que el nuevo modelo no solo debilitó los márgenes del proletariado sino la sociedad en su conjunto.
CONTINUAR LEYENDO ......
CONTINUAR LEYENDO ......