Quisiera ser la
flor de tu boca,
el fin de tus
dolores
el alma que
respira,
la vida en su
agonía,
la luz de cada
día,
pero solo soy yo.
Qusiera ser el café
de la aurora,
el vino tibio de
tu invierno,
el sol que mata a
todas las sombras,
la lluvia de tu
calle
pero solo soy yo
Pero solo soy yo,
el que nunca fue
y ha sido,
la vela encendida
en tu oscuridad,
el umbral de una
puerta,
un hombre que
nace y muere,
un hombre que va
y viene,
en la risa alegre
de tu boca,
que hoy casi
nunca asoma.