Los enemigos son los mismos de siempre, son los fascistas, son los colectivistas
y ahora son los racistas, debo
defenderme de todos ellos.
Defiéndete, pero despacito.
Los idiotas son los mismos de siempre, son los que creen en verdades absolutas, son los que aman evidencias no discutidas, son los que dictan juicios y anatemas moralistas
Atácalos, pero despacito.
A veces pienso que tú eres la misma de siempre, la que cortó las rosas
antes de que nacieran, la que corrigió la dirección de los ríos, la que amó al
mar antes de que fuera sal y agua
Hazlo,
pero muy despacito