Solo faltó la banda fúnebre acompañada de crespones negros y sollozos. La clausura del XXIV Foro de Sao Paulo, el pasado martes en La Habana, tuvo todas las trazas de un entierro. Casi se podían escuchar las paletadas de tierra caer sobre esa izquierda latinoamericana que no ha sabido desligarse de los populismos. Lejos de aquellos tiempos en que los mandatarios de izquierda de la región servían para llenar una amplia tribuna, ahora se convocaron en la Isla unos pocos supervivientes políticos de entonces, más emparentados por su furibunda adicción al poder, que por la bandera de la justicia social y el reparto equitativo de la riqueza. LEER MÁS ...