ELVIRA HERNÁNDEZ, Premio Iberoaméricano de Poesía Pablo Neruda 2018, nació en Lebu, en 1951. Ha
publicado los siguientes poemarios: ¡Arre! Halley ¡Arre!(1986), Carta de viaje
(1989), La bandera de Chile (1991), El orden de los días (1991) y Santiago
Waria (1992).
el
lapsus que es el tiempo sin medida
Teófilo Cid
¿Por
qué no entregas el cuerpo para el puchero?
¿La paletilla para el santiamén de la
lengua?
¿No sabes del hambre y su ensoñación superlativa?
¿A dónde vas con tanta tibieza aprisionada?
¿Por qué dejas abierta la puerta de entrada
y cierras la salida?
¿Y diseminas palabras sucias que son
verdaderas joyas?
¿Y te quitas el brazo y lo cuelgas a 10
cms. del juicio?
Dime ¿dónde está la Plaza de los Estambres
en esta sociedad?
¿Dónde
vi ese rostro?
ese entramado espectacular de cejas
alcohólicas
esas venas desaguando en la yugular como
represas
ese gesto de ave con plumas de siquiátrico
díganme mandíbulas oxidadas de mi memoria
cual erupción nos arrojó juntos al lado
izquierdo
dónde estuvimos cara a cara o regateando
dónde ese gran fragor de huesos bloqueados
por muslos
en qué país chupando de mi labio leporino
cercanos a qué homicidio nos miramos con
los ojos cerrados
al tiempo que el olvido blandía su
cimitarra
y por los suelos rodaban las hidras del
temor o el placer.
Por
un rato me quedé en la Cantina Incolora
Vacié mis carteras en el mostrador
Los manojos de llaves no me hablaban del
Cielo
Y el espejo taciturno me puso a penas
junto a un microcanthus strigatus
En todos los rincones se escondían dientes
con coronas
Devotos de San Cristóbal y micreros bellas
personas
Por mi cuerpo arteriado subía un tropel de
algodones
Por la vena porta el estribillo de la tarde
Calada con una visera de reina normanda
Mi cabeza daba vueltas hasta detenerse en
el número 32
Allí la Desgracia se había fugado con el
Lavautos.
El
amanecer anuncia el arribo a Quotidianía
pero yo vuelvo al aire
Un pequeño remezón da cuenta que tocamos
tierra
pero yo vuelvo al aire
El capitán ordena próximo desembarco
y me evado en bolsones de aire
Los altavoces llaman a los rezagados por
ultima vez
-entonces me desvisto-
no entrego mi cuota a Quotidianía
vuelvo al punto de partida - el aire-
y me deshago