Anton Julian - Díganle





Por si acaso ella pregunta por mí,
díganle que yo no estoy, díganle que yo me fui,
a un lugar cerca de los espinos, lejos del río,
más cerca del mar, dígale que yo no he sido
 y que la sangre en el cuchillo nunca fue la mía.

Díganle que la tierra sigue siendo redonda
que dos más dos no son cuatro sino tres
y medio o cuatro antes de un cuarto,
y díganle que no por madrugar los pájaros
piarán antes de haber regresado

Díganle además que los perros no ladran por mí
y que yacer bajo la tierra no ensucia a nadie.
Y no por último, díganle que me iré tranquilo, en paz
a desayunar con los cipreses, a beber el vino rojo 
y a mirar sin mis anteojos el agua verde del mar.

Al fin y al cabo, 
su sombra 
siempre ha estado junto a mí.
Siempre lo ha estado