Luis García de la Torre - SER CUBANO EN EL SUR DE AMÉRICA


Texto perteneciente al libro en proceso
“Breves y ligeras crónicas de un gusano de La Habana
en Santiago de Chile”

Por lo menos en Santiago, aunque comentándolo con otros amigos que viven en otras latitudes por ahí me han dicho que les ha pasado, es bien cómodo y por decir menos, rico ser cubano cuando te invitan a un lugar a comer y a tomar.
Siempre caes de pie por una simple razón: a donde quiera que vas te encuentras personas que tienen tendencias de izquierda o de derecha. A toda la gente les gusta decidir su vida, sus lecturas, modas, vacaciones, e inclinaciones profesionales según sean de un lado u otro y siempre siempre siempre lo hacen saber. Y es este hábito de preferencia propagandística la que hace que un cubano siempre caiga de pie. Si vas a un lugar donde todos son de derecha, que se nota a primera vista, y te preguntan de dónde eres y mencionas el gentilicio, la exclamación o por lo más los aplausos te llenan de felicidad ya que el tema va por: “¡qué bueno que te fuiste”, “¡el comunismo es lo peor!”, “¡ven siéntate acá y prueba esto que allá Castro -no Fidel eh- no les deja tener!”, “¡bienvenido a las oportunidades!” y un sinfín de etc. Todas las emociones en la misma cuerda. Por lo que ya sabes que estarás el rato que pases con ellos colmado de comida rica, tragos novedosos, cervezas por doquier en verano y vino espectacular en invierno, cigarros de cualquier marca y todos serán tus amigos y con todos podrás “contar” el resto de tu vida en su país. Y si llegas a un lugar, echas un vistazo y a la cara se nota la onda de izquierda, ya sabes que viene la alegría, el júbilo y por lo más el endiosamiento a través de tu persona de Cuba y su régimen: “¡qué buena la salud gratis!”, “puta que la educación de calidad y sin pagarse es lo que haría falta a este país”, “cubano que la isla es linda y llena de alegría”, “yo tengo varias fotos del Che y hasta pegatinas en mi refrigerador”, “me encanta Silvio Rodríguez” y otra infinidad de etc., de Fidel eh ya no Castro. Y si alguno te osa preguntar por qué te fuiste y lanzas tu verdad, es como si dijeras que por el calor, porque no importa tú eres el símbolo mágico de lo que debe existir en este planeta, Cuba con su revolución, que ellos a capa y espada apoyan para a sus conciencias, y al mundo, seguir diciéndole que son de izquierda mientras toman, comen, pasean y consumen lo que un cubano de la isla hace casi sesenta años ni toma, ni come, ni pasea, pero con este apoyo todo va bien y soy de izquierda. Aplacan su gusto capitalista en la apariencia de secundar al símbolo.
Ahí entonces ves que de un lado o de otro están al principio y al final toda la noche la gente disfrutando las comidas ricas, los tragos, las cervezas en verano, los vinos en invierno, los cigarros y todos serán tus amigos, ese día en ese lugar.
Y a la mañana siguiente, o en la tarde que muchas veces me ha pasado, te levantas con tremenda caña en una linda pieza. Y después de pasarla súper rico con tremenda gozadera toda la madrugada, una de las minas que estaban ahí, linda, rica y que huele exquisito, y que nos da la mismo si somos de derecha o de izquierda, se te sube arriba liberada, y sigues en el combate.
Fuente: http://critica.cl/cronica/ser-cubano-en-el-sur-de-america