Respuestas a un cuestionario elaborado por ELIZABETH ARAUJO
–Hace días publicó un tuit en el que
anunciaba no disertar más sobre el tema venezolano. Pero muchos de sus
seguidores en Twitter –más de quienes le adversan– se han nutrido de sus
reflexiones políticas y filosóficas ¿Será que ha llegado usted a la conclusión
de que la crisis venezolana no tiene arreglo?
Yo creo que en
ese punto se produjo un malentendido. Yo escribí simplemente “Adiós Venezuela”. Lo que quise dar a entender fue
que Venezuela se encontraba frente al abismo.
Quizás usted,
estimada Elizabeth, sabe que yo me pronuncié a favor de una participación en
las elecciones, no con el objetivo de ir a competir deportivamente, sino
mediante la inscripción de un candidato-líder que hiciera de portavoz frente a
los fraudes, que oficiara de nexo entre la presión internacional y la política
interior y que fuera apoyado por los principales líderes de la oposición. De
esta manera la oposición no renunciaría a la ruta electoral y a la vez podría
estar en condiciones de desatar un movimiento democrático. La MUD decidió, como
es sabido, no participar en aras de una “abstención activa”. En otras palabras:
la oposición venezolana fue llevada por Maduro, pero también por ella misma, a
una situación sin salida. Por eso escribí “Adiós Venezuela”. Pero mi interés
persiste. Entre otras cosas, por la enorme gravitación que tienen los sucesos
venezolanos sobre el resto del continente.
–¿Cuáles son, a su juicio, los factores que
obstaculizan una salida democrática en Venezuela?
Dos. El primero
es el ejército, las FANB. Estamos frente a una dictadura militar con fachada
civil. Hay más militares ocupando puestos públicos que los que hubo durante la
dictadura del general Pinochet en Chile. Eso lleva a deducir que toda
alternativa democrática pasa por la división del ejército. Pero esa alternativa
no se va a dar nunca si el ejército no es políticamente presionado. De ahí la
importancia de no abandonar la lucha electoral aún a sabiendas de que se va a
la derrota. Hay derrotas que pueden ser transformadas en victorias.No debemos olvidar
que un gobierno que se impone mediante fraudes termina deslegitimando a todo el
aparato del Estado del cual el ejército es su eje principal. Hoy, sin embargo,
Maduro puede ganar elecciones sin necesidad de cometer fraude. No hay motivos
para suponer entonces que dentro del ejército se producirán grandes grietas.
Para que se produzcan es necesario que los militares sean conscientes de que
“así no podemos seguir”. Y hoy, como están dadas las cosas, pueden seguir.La segunda razón
tiene que ver con la formación dentro de la oposición de un abstencionismo
políticamente organizado, fracción que privilegia el enfrentamiento callejero
sin poseer, como se ha visto, ningún poder convocador de masas. Pese a ser
minoritaria, esa fracción cuenta con recursos materiales y con importantes
vinculaciones internacionales.
–¿Cómo calificaría usted la situación actual
de la oposición venezolana?
Catastrófica.
Hasta hace poco la oposición estaba dividida en dos segmentos: los
abstencionistas y los electoralistas. Hoy hay tres segmentos: los
abstencionistas número uno, los abstencionistas número dos y los
electoralistas. La diferencia entre los dos abstencionismos es que los del
número uno son y serán siempre abstencionistas. Lo fueron incluso en las
elecciones del 6D. Los del abstencionismo número dos son abstencionistas
coyunturales. Se declaran partidarios de votar, pero no bajo las condiciones
fijadas por el régimen. El problema es que no parecen darse cuenta de que el
gobierno de Maduro es una dictadura y que, por lo mismo, siempre las
condiciones las fijará el régimen. Y de eso se trata precisamente cuando se
lucha contra una dictadura: la de actuar bajo condiciones que “dicta” un
régimen. No participar porque Maduro no va a cambiar las condiciones es como
decir, yo no participo porque la dictadura no es democrática. Un absurdo.
El tercer
segmento, el electoral, fue mayoritario y hegemónico dentro de la oposición.
Hoy no es ni mayoritario ni hegemónico. Ha caído en las trampas de Maduro y ha
cedido a las presiones ejercidas por la llamada “oposición a la oposición”.
–¿Coincide usted con algunos opositores de
que la MUD parece no contar con una estrategia efectiva para consolidar su
contacto con el venezolano de a pie?
Nunca la MUD va a
tener una sola estrategia porque la MUD no es el PSUV. La MUD es una mesa
coordinadora de partidos políticos cuyas estrategias son diferentes entre sí.
Si alguna vez desarrolla una estrategia común, será como resultado de largos
acomodos internos. En cambio el PSUV sí puede desarrollar una estrategia acorde
con cada situación. Esa estrategia es hoy una sola: mantenerse en el poder a
cualquier precio, aunque sea asesinando. Pero si es
difícil que la MUD desarrolle una sola estrategia, sí puede mantener algo más
eficaz que una estrategia: una ruta sostenida y persistente. Esa ruta había
sido definida por sus llamados cuatro puntos cardinales: pacífica,
constitucional, democrática y electoral. Hoy, al no concurrir a las elecciones
fraudulentas y así cuestionar en la propia calle al régimen durante una intensa
campaña electoral, la MUD ha perdido la ruta. Ha abandonado la lucha electoral
sin definir ninguna otra.
–A veces da la impresión de que –puertas
afuera– los temas de la migración masiva y los cuestionamientos de mandatarios
latinoamericanos y de la UE, no hacen mella en Maduro ¿Será que en verdad no le
afectan esos temas o trata de disimular tal imagen exterior?
A Maduro le hacen tanta mella como al
tirano Al Asad de Siria. La oposición internacional a la tiranía de Al Asad es
diez veces superior a la ejercida en contra de Maduro. La migración siria es
mucho mayor. Pero Al Asad está dispuesto a incendiar toda Siria antes de ceder
un milímetro de su poder. Maduro y su grupo, también. El vil asesinato cometido
a Oscar Pérez fue un aviso. Yo creo que la
posición de la llamada “comunidad internacional”, siendo importante, ha sido magnificada por gran parte de la
oposición venezolana. Pero la “comunidad internacional” no puede hacer más que
actuar de acuerdo a principios universales. Y eso es mucho. Y se le agradece. Por lo demás es
falso que Maduro está aislado del mundo. Ayer (26.02) vimos en todos los
periódicos que el jefe fáctico del estado venezolano, el general Padrino López,
apareció en Rusia junto a Putin. Evidentemente, Padrino no fue a veranear a
Rusia.
–Ubicado usted –hipotéticamente
hablando– en el lado de quienes desaconsejan participar en estas presidenciales
¿cuál sería el argumento con mayor fuerza para convencer a los venezolanos de
no participar?
El argumento más
recurrente es que si se acude a las elecciones se legitima al fraude y con ello
a la dictadura. El problema es que nadie puede reclamar fraude si no se acude
y, por lo mismo, la dictadura, con la abstención, se legitima más que antes.
Eso es precisamente lo que quiere Maduro: ganar sin, o con una muy débil
oposición, y así no verse obligado a cometer fraude. La mesa la tiene servida.
–Y esta disyuntiva lo sorprendiera a usted en la otra
acerca ¿cuáles son las razones para participar a toda costa?
Convertir a las elecciones, desde “dentro”
de ellas, en un gran movimiento de protesta pública nacional. Pero eso ya no se
dio.
–¿Cómo calificaría usted la gestión del expresidente
español Rodríguez Zapatero como interlocutor de una mesa de negociación que
fracasó?
Para mí, dicho
con toda sus letras -y pese al enorme respeto que me merece la historia del
PSOE- el ex presidente de España, Rodríguez Zapatero, llegó a ser –antes,
durante, y después del diálogo- un funcionario al servicio de los intereses de
una de las más horribles dictaduras sudamericanas de los últimos tiempos.
–¿Ha habido momentos en que usted haya
acariciado la posibilidad de una intervención extranjera o de EEUU en Venezuela
para salir de una vez de esta crisis, cada vez más insostenible?
Nunca. Y por tres
razones. La primera, porque la vida me enseñó a no confundir los deseos con la
realidad. La segunda, porque hasta ahora no hay un solo indicio. La tercera,
porque solo puede venir de los EE UU, nación que ya no está en condiciones de
abrir varios frentes a la vez. Con Kim Jong Un, con Putin, con Asad y con la
teocracia persa, tiene más que suficiente. Naturalmente, si aparecen indicios, cambiará
mi opinión. Pero ahora yo no puedo opinar sobre lo inexistente.
–En tanto que filósofo ¿cómo califica usted
el comportamiento, no pocas veces de enfrentamiento, entre actores de la
oposición venezolana en mitad de esta crisis?
Lo de filósofo es
un elogio. Si lo soy es solo por vocación. Por profesión soy historiador. Como
filósofo debería analizar cada acontecimiento como un fenómeno “en sí”. Como
historiador, en cambio, debo inscribirlos en el marco de un proceso. Y el
proceso venezolano me muestra una suma de actos fallidos de parte de la
oposición. Desde la incapacidad por unir revocatorio con elecciones regionales,
siguiendo por la precaria conducción de las movilizaciones del 2017 (nacidas en
defensa de la Constitución, de las elecciones y de la AN, y terminadas en
confrontaciones de muchachos con escudos de cartón en contra de un ejército
armado hasta los dientes), por las elecciones regionales a las que acudió sin
entusiasmo ni mística, por la capitulación electoral en las municipales, hasta llegar
a la “abstención activa” de las presidenciales sin que nadie sepa todavía con
qué se come eso. Después de tantos yerros, lo menos que puede esperarse son
enfrentamientos entre los actores de la oposición.
–En verdad ¿avizora esperanzas de que los venezolanos
pondrán fin a la pesadilla chavista, o viviremos eternamente en esta espiral de
crisis, aún después de que Maduro haya abandonado el poder?
Siempre lo he
dicho, y ahora lo voy a decir como el filósofo que no soy: La historia no
transcurre de acuerdo a programas sino de acuerdo a incidencias y accidencias
imposibles de predecir. La de Maduro, como toda dictadura, representa la muerte
del alma ciudadana. Pero creo que al final la vida se impondrá sobre la muerte.
Si no creyera eso, jamás habría escrito una línea sobre Venezuela.
Fuente: http://actualy.es/venezuela-mas-militares-cargos-publicos-los-hubo-la-dictadura-pinochet/
Fuente: http://actualy.es/venezuela-mas-militares-cargos-publicos-los-hubo-la-dictadura-pinochet/