Anton Julian - TRES FRAGMENTOS


SOMBRAS

Recuerdo, amigo, a las sombras más oscuras de la noche
Y a las luces que las hicieron posible,
a una mujer saliendo del bar, llorando
y a una calle avanzando, a lo largo de las piedras
La casa iluminada de la esquina, la otra sombra,
el brillo del cuchillo,
y el grito. Ese terrible grito. Y luego, otras sombras


Después no hubo más ........


DEL SER FUE SU SIMPLE RÉPLICA

De la nada a la nada,
del vacío al vacío
ha cumplido con la forma
sacral de la inteligencia y de la prosa.

Por ejemplo:
en su canto breve al sol ,
en el trabajo cotidiano,
en los días que pasaron sin volver
en los relojes enmohecidos por el tiempo
y en esa mirada que salió de su boca
un día
con amor.

Del ser fue, sin embargo, su réplica,

Dejó un par de recuerdos. Lo sé:
unas pantuflas, una sábana arrugada,
unos oscuros poemas genitales  
escondidos bajo una clave secreta de internet.
Nadie los leerá.
Pero para eso precisamente los escribió.

Miró de pronto hacia la luz,
la noche quedó atrás,
una música sin ritmo
y sin tiempo, una música tantan
de agua, arroz y pan.
Nada más lo acompañó.

Y la palabra exacta
la que siempre buscó
no apareció jamás.
No, no: esa palabra nunca apareció



FINITUD

Entras al Umbral
donde hay muchos atrases
y muy pocos delantes

ajustas cuentas con el tiempo ido,
aunque los manzanos por los que me preguntas
volverán a florecer,
y el cielo será el mismo de siempre,
y todo retornará a sus aguas: como debe ser.

La vida sigue su curso
Uno es un simple momento de una historia sin final
Uno es el encuentro estrellado
Entre un pasado infinito con un futuro infinito

Eres al fin la hija finita del tiempo infinito
Eres del tiempo su solo punto equinoccial.
Pero ese tiempo también eres tú.

¿Cómo explicarlo mejor?

Mira el reloj, no la hora.
Miráte después en el espejo.
Cierra enseguida tus ojos, mujer.
Y todo lo que no ves, eso eres tú